Audiencia general: el Papa retoma su viaje a Francia y afirma que «una sana laicidad
no significa prescindir de la dimensión espiritual sino reconocer que ésta es garante
de la libertad y de la autonomía terrena»
Miércoles, 17 sep (RV).- «Lourdes es verdaderamente un lugar de luz, de oración, de
esperanza y de conversión. En esta escuela de caridad y de servicio a los hermanos,
la Madre de Dios, que nos guía, nos invita con su sonrisa a seguir adelante con gran
confianza, con la certeza de que Dios es bueno. Dios es Amor». El Papa ha dedicado
su audiencia general de hoy a su peregrinación a Francia, en el 150 aniversario de
las Apariciones de la Inmaculada.
«Una sana laicidad no significa prescindir
de la dimensión espiritual sino reconocer que ésta es garante de la libertad y de
la autonomía terrena», reitera Benedicto XVI, recordando que «la búsqueda de Dios
es la vía maestra y el fundamento de toda verdadera cultura».
Como es tradicional,
en su primera audiencia general a su regreso de un viaje apostólico, el Santo Padre
ha dedicado su encuentro de esta semana con los fieles de todo el mundo a su peregrinación
a Francia. Benedicto XVI ha expresado su profunda gratitud al Señor por el feliz desarrollo
de este viaje y ha deseado que «el Jubileo de las apariciones de Lourdes, que estamos
celebrando, fortalezca nuestros lazos espirituales con la Madre Inmaculada y nuestra
entrega confiada a Cristo su Hijo». Reiterando asimismo su agradecimiento a las autoridades
eclesiales y políticas francesas que le invitaron y le acogieron tan bien, el Papa
ha evocado cado la primera etapa de su viaje.
París, donde tuvo la oportunidad
de reiterar la justa distinción entre los ámbitos político y religioso ante las más
altas autoridades del estado y de invitar a los representantes del mundo de la cultura
a reflexionar sobre las raíces cristianas de Europa. Luego refiriéndose a Lourdes,
el Papa ha exhortado a sumarse a su «gratitud al Señor, porque María, apareciéndose
a Bernardette, ha ofrecido al mundo un lugar privilegiado para encontrar el amor divino
que sana y salva».
«En Lourdes, la Virgen Santa invita a todos a considerar
la tierra como lugar de nuestra peregrinación hacia la patria definitiva, que es el
Cielo», ha hecho hincapié Benedicto XVI, añadiendo luego que «en realidad todos somos
peregrinos y necesitamos a la Madre de Dios que nos guía. En Lourdes, con su sonrisa,
Ella nos invita a seguir adelante con gran confianza, con la certeza de que Dios es
bueno. Dios es amor». Estas han sido las palabras que Benedicto XVI ha pronunciado
en español:
Queridos
hermanos y hermanas:
Con ocasión del 150 aniversario
de las apariciones de la Virgen a santa Bernadette, he realizado una visita pastoral
en Francia. En esta nación, en que la Iglesia ha tenido un papel civilizador fundamental,
ha madurado la exigencia de una sana laicidad, que no significa prescindir de la dimensión
espiritual sino reconocer que ésta es garante de la libertad y de la autonomía terrena.
Con el mundo de la cultura he podido reflexionar sobre cómo la búsqueda de Dios es
la vía maestra y el fundamento de toda verdadera cultura. A los sacerdotes, religiosos
y religiosas, y a los seminaristas, les he exhortado a dar prioridad a la escucha
de la palabra divina y, a los jóvenes, les he confiado dos tesoros de la fe cristiana:
el Espíritu Santo, que abre la inteligencia a horizontes más amplios, y la Cruz, que
revela la verdad del amor de Dios, e invité a los fieles a buscar a Dios presente
en la Eucaristía. En Lourdes he podido recorrer el “Camino del Jubileo”. Lourdes es
verdaderamente un lugar de luz, de oración, de esperanza y de conversión, donde los
peregrinos, en esta escuela de caridad y de servicio a los hermanos, aprenden a ver
sus propias cruces a la luz de la Cruz de Cristo.
Saludo
cordialmente a los visitantes de lengua española. En particular, al Capítulo de Caballeros
del Corpus Christi, de Toledo, a los Seminaristas de El Salvador y a los estudiantes
de Salta. Saludo también a los peregrinos y grupos parroquiales venidos de Costa Rica,
España, México, Paraguay, y de otros países latinoamericanos. Os invito a acudir con
fe y devoción a la Virgen María para que Ella os enseñe en vuestra vida a ser expresión
de caridad y de servicio a los hermanos, siguiendo el ejemplo de Cristo en la Cruz.
Que Dios os bendiga.
Como siempre, al final de la Audiencia el Santo Padre
ha saludado a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados. «Que la amistad
con Jesús sea para vosotros fuente de alegría e inspiración de toda vuestra elección
importante», ha deseado Benedicto XVI a los queridos jóvenes.
En su saludo
a los queridos enfermos, el Papa los ha animado a «encontrar consuelo y serenidad
en la oración, en los momentos de sufrimiento y de prueba». Y a los queridos recién
casados, les ha deseado que «el contacto constante con el Señor los impulse a cumplir
con su vocación familiar».