Escuchar el programa Jueves, 11 sep
(RV).- Estar solo, soltero, no tener compromisos afectivos se ha convertido en un
estado que se ha convertido realmente en una opción para muchas personas, esta tendencia
responde obviamente a múltiples factores, a contextos específicos de sociedades y
grupos, responde a dinámicas de mercados, de modas, que de una u otra forma están
cambiando los conceptos de formas de relación y de realización personal.
Hace
unos 50 años, el estado civil de soltería era visto como un problema, incapacidad,
evento negativo en la vida de una persona, y por ello era un estado que todos debían
superar lo más pronto posible. Pero hoy se puede decir que la soltería se presenta
como un estado que trae sus propias recompensas para una persona. El matrimonio ya
no es la puerta de entrada a la edad adulta. Las personas aún pueden estar ansiosas
por conocer a una pareja con la cual pasar un largo período de sus vidas, pero están
mucho menos desesperadas, ansiosas o afanadas para conseguir ese compañero o compañera
de vida.
Y es que cada vez con mayor frecuencia, los individuos están encontrando
que la soltería es preferible a estar en una relación insatisfactoria, una relación
de peleas y desencuentros, de incomunicación y hasta de violencia intrafamiliar.
De
hecho, la posibilidad de la soltería como un estilo de vida posible, se impone cada
vez más en diversos grupos sociales, e incluso es una condición social de la cual
se están ocupando diversos estudios de las ciencias sociales, sin que ello sea garantía
de la felicidad, pues obviamente ésta depende del logro de significativas metas de
vida y de la calidad de la relaciones que establece cada persona.
Popularmente
se tiene la idea que los solteros son egoístas por ir tras sus propias metas de vida.
Si usted es soltero o soltera y tiene un magnífico trabajo al cual le dedica una gran
cantidad de energía, por lo general le dicen que su empleo no le devolverá el amor.
Y eso es cierto, incluso la gente se imagina o sospecha que los solteros son los grandes
perdedores en el juego del amor.
Verdad o mentira, la soltería es cada vez
una opción que cobra fuerza no sólo como decisión de algunas personas, sino como un
fuerte renglón de la economía, la psicología y en general un nuevo filón de estudios
de las ciencias sociales.
No cabe duda que las situaciones actuales son verdaderamente
diferentes. Hoy, las mujeres solteras tienen oportunidades laborales, independencia
económica y libertad reproductiva, y todo ello marca grandes diferencias, como por
ejemplo las mujeres no casadas en el siglo pasado, eran tildadas de solteronas y relegadas
a un estatus inferior. Se pensaba que la felicidad y bienestar de las mujeres dependía
de los hombres. Hoy en día la independencia de la mujer está marcando nuevas formas
de relación y de vida, y entre ellas la soltería es una opción.
Ahora, la
noción de que los solteros son todos solitarios y llevan una vida miserable es un
mito, un mito que desaparece lentamente. Hay innumerables solteros que llevan vidas
de “satisfacción secreta”, es decir les gustan sus vidas, tienen amigos, viajan, etcétera;
sin embargo, lo único que escuchan a su alrededor es que no se es feliz a menos que
se tenga una pareja. Pero también es cierto que es difícil para una persona soltera
reconocer plenamente que es feliz, solo o sola, pues es parte de nuestra imaginación
cultural que alguien pueda ser soltero y quiera serlo sin problemas.
La realidad
hoy es que ser soltero es una situación manejable y brinda libertad. Una persona al
mantenerse soltera, tiene más probabilidades de desarrollar lo mejor de sí, pues se
siente con mucho dominio emocional al ir detrás de lo que es significativo para esa
persona, incluso si es arriesgado.
Cuando se es soltero o soltera, se tienen
más oportunidades de hacer lo que parece es adecuado sin mirar a la otra persona en
busca de aprobación.