Paneles solares en el Aula Pablo VI, primer paso del uso de energías renovables en
el Vaticano
Viernes, 29 ago (RV).- “Frente al difundido degrado ambiental, la humanidad se está
dando cuenta de que no puede continuar a usar los bienes de la tierra como en el pasado.
De este modo se está formando una conciencia ecológica, que no tiene que verse mortificada,
sino favorecida, de manera que se desarrolle y madure, encontrando expresión adecuada
en programas e iniciativas concretas”. Éste llamamiento realizado por el Papa Benedicto
XVI el 1 de enero de 2007, durante la Jornada Mundial de la Paz, no pasó desapercibido
para los ingenieros del Estado de la Ciudad del Vaticano, que se pusieron manos a
la obra.
Pasando de la teoría a la práctica, el ingeniero Mauro Villarini,
responsable de proyectos de energías renovables del Vaticano, explicó en una entrevista
al Osservatore Romano, que a partir del mes de septiembre se dará inicio a la instalación
de paneles de energía solar en el Aula Pablo VI del Vaticano. La elección de la sala
Nervi no ha sido casual, como explicó el técnico, ya que la forma de su cubierta es
perfecta para colocar los paneles solares porque está orientada de forma óptima hacia
el sol.
“Para hacernos una idea de la magnitud de la producción –señaló el
ingeniero- la energía que generaremos equivaldría al consumo anual de un centenar
de familias. Por eso, con nuestra instalación cubriríamos un pequeño porcentaje del
consumo anual de la Ciudad del Vaticano”.
La energía solar es el primer paso
de un proceso de conversión a las energías renovables que está realizando el Vaticano.
“La energía solar representa para nosotros un don que viene del alto –señaló el ingeniero
Villarini- un recurso casi inagotable que si fuera aprovechado de forma adecuada,
solucionaría las necesidades energéticas de la tierra”.
Además se está estudiando
la producción de frío a través del sol. Se trata del sistema conocido como “solar
cooling”, es decir “enfriamiento solar”. “Consiste en transformar la energía caliente
del sol, en frío”, señaló el técnico, quien explicó que se trata de un proyecto destinado
al comedor de servicio en Vaticano. Asimismo existen otras iniciativas para las zonas
extraterritoriales del Vaticano que tienen como protagonista la energía eólica, y
la biomasa.
“El objetivo –finalizó Villarini en la entrevista- es crear una
hilera energética, en la que de una producción de energía limpia y de su gestión inteligente,
sea posible alimentar sobre todo los usos estacionarios, y después también los medios
de transporte, volviendo sostenible, volviendo sostenibles desde el punto de vista
ambiental, la propia movilidad. Nuestro desafío es que la Ciudad del Vaticano alcance
los objetivos europeos antes que Europa. La meta conocida es que para 2020 los estados
europeos produzcan al menos el 20 por ciento de la contribución energética gracias
a las energías renovables. Con estas primeras instalaciones conseguiremos los primeros
porcentajes en este camino”.