Benedicto XVI describe como un compañero de vida y punto de referencia en situaciones
difíciles, a su hermano Mons. Georg Ratzinger en el acto de entrega de la ciudadanía
honoraria de Castelgandolfo
Viernes, 22 ago (RV).- “Es para mi motivo de profunda felicidad que mi hermano ahora
pertenezca al colegio ilustre de los ciudadanos honorarios de esta hermosa ciudad.
De este modo Castelgandolfo, se acerca –si es posible- todavía más, a mi corazón”.
Con estas palabras Benedicto XVI agradecía emocionado el conferimento de la ciudadanía
de honor a su hermano Georg Ratzinger, del cual dijo que no sólo ha sido “un compañero”,
sino también un “guía experto”, y “un punto de referencia por su claridad, y determinación
en las decisiones. Me ha enseñado siempre el camino que coger, incluso en situaciones
difíciles”.
El Santo Padre evocó después los años pasados en Ratisbona, donde
Georg Ratzinger fue durante 30 años director del coro de la catedral, “escuchar esa
música –recordó el Papa- para mi era un apoyo, un consuelo y una paz interior, que
reflejaba la belleza de Dios”. Por último, reconociendo el paso de los años, Benedicto
XVI finalizó su discurso inprovisado, señalando que gracias a su hermano “en esta
última etapa de la vida la afronto cada día con serenidad, humildad, y con ánimo.
Se lo agradezco”.