Durante la Audiencia General Benedicto XVI recuerda que la santidad no es un lujo
de pocos, sino la vocación de todo cristiano, y expresa su solidaridad para con las
víctimas del mal tiempo en Polonia
Miércoles, 20 ago (RV).- Benedicto XVI ha invitado, durante la Audiencia General de
hoy, a profundizar, durante el periodo de vacaciones, en el conocimiento de los Santos
que cada día la Iglesia propone a la atención de los creyentes. Ante más de 4.000
fieles congregados en el patio del palacio Apostólico de Castelgandolfo, el Santo
Padre ha celebrado la tradicional Audiencia General de los miércoles expresando además,
solidaridad a la nación polaca, afectada en días pasados por una grave ola de mal
tiempo que ha causado numerosas víctimas y graves daños.
Hablando sobre los
Santos, el Papa ha recordado que éstos son una “viva interpretación” de las palabras
de Jesús, y de este modo ha invitado a “cultivar” su conocimiento, porque los Santos
son “la vivencia misma del Evangelio”.
“Su experiencia humana y espiritual
muestra que la santidad no es un lujo, no es un privilegio de pocos, sino el destino
común de todos los hombres llamados a ser hijos de Dios, la vocación universal de
todos los bautizados. La santidad se ofrece a todos, aunque si todos los santos son
diferentes, y no es necesariamente un gran santo quien posee carismas extraordinarios.
De hecho, hay muchísimo cuyos nombres sólo conoce Dios, porque en la tierra han llevado
una existencia aparentemente normal”.
Los Santos recordados de forma breve
durante la Audiencia General de hoy han sido los que la Iglesia ha conmemorado estos
días: san Juan Eudes –devoto de los corazones de Jesús y María-; san Bernardo di Claraval
–gran defensor de la fe y gran doctor de la Iglesia-; santa Rosa de Lima -la primera
canonizada en Sudamérica-; y san Pío X, de quien el Papa ha evocado las palabras pronunciadas
por el Siervo de Dios Juan Pablo II en 1985: “Ha luchado y sufrido por la libertad
de la Iglesia, y por esta libertad se ha revelado preparado a sacrificar privilegios
y honores, y afrontar incomprensiones y burlas, en cuanto valoraba esta libertad como
garantía última para la integridad y la coherencia de la fe”.
Benedicto XVI
ha concluido la Audiencia General con saludos en seis idiomas, en particular, dirigiéndose
a los peregrinos polacos, ha expresado su cercanía a las víctimas de la tempestad
y de los huracanes que se han producido en estos últimos días en ese país. “A cuantos
han sufrido un daño quiero asegurarles mi cercanía espiritual y el recuerdo en mi
oración”, ha finalizado el Papa saludando acto seguido en español: “Saludo cordialmente
a los peregrinos de lengua española, en particular a los sacerdotes de Toledo y de
otras diócesis de España, que constituyen la Fraternidad sacerdotal en el Corazón
de Cristo. Os encomiendo en mi oración, para que continuéis aspirando cotidianamente
a la santidad, ejerciendo vuestro ministerio con alegría, sencillez de corazón y fidelidad
al Evangelio y a la Iglesia. La conducta ejemplar de un sacerdote y el testimonio
de su amor a Dios y a los hermanos son fuente de gracias incesantes para el pueblo
de Dios y una invitación constante para que otros respondan con generosidad a la llamada
del Señor. Os bendigo a todos con afecto”.
Como siempre antes de finalizar
la Audiencia el Papa se ha dirigido a los jóvenes a los enfermos y a los recién casados.
Invito a todos, les ha dicho Benedicto XVI, a dedicar cada vez más tiempo a la formación
cristiana, para ser fieles discípulos de Cristo, camino, verdad y vida.