En el Ángelus Benedicto XVI recuerda que la Virgen desde el Paraíso, vela siempre
por nosotros indicando el camino que nos lleva a la meta del peregrinar terreno
Viernes, 15 ago (RV).- A mediodía el Santo Padre desde el balcón del patio interior
del palacio Apostólico, ha dirigido la plegaria mariana del Ángelus, recordando que,
desde el paraíso, la Virgen continúa velando siempre, especialmente en las horas difíciles,
por sus hijos que el mismo Jesús le ha confiado antes de morir en la Cruz. “¡Cuántos
testimonios de esta materna solicitud suya descubrimos visitando los Santuarios a
Ella dedicados!”, ha exclamado Benedicto XVI evocando después a la singular ciudadela
mundial de la vida y de la esperanza que es Lourdes donde, “Dios mediante, viajaré
dentro de un mes, para celebrar el 150 aniversario de las Apariciones Marianas ocurridas
en ese lugar”.
“María Asunta al cielo – ha terminado diciendo el Papa – nos
indica la meta última de nuestra peregrinación en la tierra. Nos recuerda que todo
nuestro ser – espíritu, alma y cuerpo – está destinado a la plenitud de la vida; que
quién vive y muere en el amor de Dios y del prójimo será transfigurado a imagen del
cuerpo glorioso de Cristo Resucitado; que el Señor humilla a los soberbios y ensalza
a los humildes. Esto lo proclama la Virgen eternamente con el misterio de su Asunción.
¡Que Tú siempre seas alabada, oh Virgen María!. Reza al Señor por nosotros”.
Tras
el rezo del ángelus y del responso por los fieles difuntos el Santo Padre ha saludado
en varias lenguas. Éste ha sido su saludo en español: “Saludo con afecto
a los fieles de lengua española presentes en esta oración mariana y a quienes se unen
a ella a través de la radio y la televisión. Que la contemplación del misterio de
la Asunción de la Virgen María, Madre de Dios, figura y primicia de la Iglesia que
un día será glorificada, os sirva de consuelo y esperanza. Que Ella os alcance de
su divino Hijo toda clase de bendiciones. Muchas gracias”.