2008-08-06 15:53:26

En su visita a la tierra natal de Josef Freinademetz, Benedicto XVI recuerda el testimonio de este santo que “nos muestra que la fe no es una alienación para ninguna cultura y ningún pueblo, porque todas las culturas esperan a Cristo y no deben ser destruidas”


Miércoles, 6 ago (RV).- Ayer por la tarde Benedicto XVI visitó la fracción de Oies en Val Badia, tierra natal del misionero verbita Josef Freinademetz, que transcurrió los últimos 29 años de su vida en China, evangelizando. Val Badia es la región italiana que la pasada Navidad había donado al Vaticano el árbol que adornó la plaza de San Pedro y a cuyos lugareños el Papa saludó el domingo pasado en Bressanone, hablando en Ladino durante el Ángelus. El Santo Padre al bendecirlos, les recomendaba seguir el ejemplo de san José de Oies, para mantener la fe en Dios y el amor por la Iglesia.

El Papa llegó a esta pequeña localidad en las altas montañas de Val Badía en helicóptero, y fue acogido por un grupo de Misioneros Verbitas, custodios del Santuario dedicado a san Josef Freinademetz, por el coro y la banda del lugar y por casi 4.000 personas en su mayoría llegadas a pie, recorriendo el Sendero del Via Crucis a quienes en su momento el Papa tuvo oportunidad de saludar en Ladino, el dialecto de aquella región.

El Pontífice, en primer lugar visitó la casa natal del santo misionero en china que -recordamos- fue canonizado por Juan Pablo II en el año 2003. Y seguidamente la iglesia local a él dedicada meta de tantos misioneros de la congregación, en particular chinos. Josef Freinademetz, es una figura emblemática, emprendió viaje con destino a Hong Kong en 1879, tenía 27 años, y nunca más regresó a su tierra natal. Era un misionero Verbita, y en China encontró su patria identificándose indisolublemente con la cultura de este País.

Benedicto XVI tras esta etapa, se trasladó a la iglesia-santuario donde se encontró con algunos de los familiares de san Josef Freinademetz y con un nutrido grupo de fieles. Fue cordialmente recibido con las palabras de saludo de P. Girardi, portador de los sentimientos de gratitud al Papa, de esta gran familia misionera de los Verbitas.

“Estamos particularmente agradecidos porque interrumpiendo su precioso y merecido reposo, usted Santidad, ha tenido tiempo para visitar este lugar –dijo el P.Girardi- tan querido al pueblo de la diócesis de Bolzano y Bressanone y a nosotros los misioneros Verbitas. Sabemos cuánto quiere al pueblo chino y la situación de la Iglesia en China”.

El Padre Girardi, que saludaba al Papa en nombre del Superior General, el P. Antonio Pernia, de viaje en América Latina, expresó los sentimientos de la congregación verbita al asegurar que san José de Oies, “ayudará a ver realizado el sueño de que la gran nación china se abra nuevamente al Evangelio de Cristo”. “Por nuestra parte, -le dijo-, expresamos nuestra total disponibilidad como misioneros Verbitas para continuar en unidad con usted, cooperando para la difusión de la Palabra de Dios y de su Reino”.

Y ésta fue la breve alocución del Papa en la Iglesia Santuario dedicada a este evangelizador en China: “Agradezcamos al Señor, que nos ha dado este gran santo, que nos muestra el camino de la vida y también es un signo para el futuro de la Iglesia. Sabemos que China se hace cada vez más importante en la vida política, económica y también en la vida de las ideas. Es importante que este gran continente se abra al Evangelio. San Josef Freinademetz, nos muestra que la fe no es una alienación para ninguna cultura y ningún pueblo, porque todas las culturas esperan a Cristo y no deben ser destruidas. Josef Freinademetz quería no solo vivir y morir como chino, sino que también en el cielo quería permanecer tal. De tal modo se había identificado con este pueblo y con la certeza de que este pueblo se abrirá a la fe de Cristo”.

La visita del Papa duró casi dos horas. Después cogió de nuevo el helicóptero, para regresar a Bressanone donde proseguirá su estancia de vacaciones hasta el próximo lunes. Muchos medios han subrayado la visita del Papa a la tierra de san José de Oies, con el mensaje que dirigió el domingo pasado durante el Ángelus, cuando el Pontífice auguró que las Olimpiadas en Pekín sean unos juegos de paz.

Precisamente al director de la Sala de Prensa del Vaticano, P. Federico Lombardi, que también se encuentra en Alto Adige, le hemos preguntado por qué China está tan presente en el pensamiento del Santo Padre, inclusive en un período de reposo como este: “China está presente en la Iglesia universal. Es un pueblo importante para la humanidad entera y por lo tanto para el anuncio de la Palabra del Señor, que la Iglesia continuamente tiene su corazón volcado hacia China, y de esta manera también el Santo Padre”.

“La figura de Josef Freinademetz, -ha dicho P. Lombardi-, es muy importante. Ha hecho su camino de conocimiento y aprecio por la cultura china hasta el punto de llegar a ser muy amado por los chinos, creo –afirmó- que es una figura bastante significativa justamente por la posibilidad de comprenderse, de dialogar, de llevar un mensaje espiritual a China en el total respeto de la cultura extraordinaria de este gran país”.







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