Intervención del cardenal Walter Kasper, presidente del pontificio Consejo para la
promoción de la unidad de los cristianos en la Conferencia de Lambeth
Jueves, 31 jul (RV).- El cardenal Walter Kasper, presidente del pontificio Consejo
para la promoción de la unidad de los cristianos, intervino ayer por la tarde en Canterbury,
Gran Bretaña, en la Conferencia de Lambeth que reúne cada diez años a los arzobispos
y obispos anglicanos. En su alocución, el purpurado manifestó que tenía el privilegio
de transmitir al arzobispo de Canterbury, el doctor Rowan Williams, a cada uno de
los presentes y a todos los participantes en esta importantísima Conferencia de Lambeth
los saludos del Papa Benedicto XVI y de todos los miembros del dicasterio que preside.
El cardenal Kasper afirmó que al ver el argumento propuesto, a saber, “Reflexiones
católico-romanas sobre la Comunión anglicana”, pensó que habrían podido elegir un
argumento más fácil. “Existen decisivamente –dijo- argumentos menos incómodos”. Y
explicó que su intervención estaba subdividida en tres partes: una descripción de
nuestras relaciones en los últimos años; unas consideraciones de naturaleza eclesiológica
a la luz de la situación actual en el anglicanismo; y una breve reflexión sobre cuestiones
que están en la base de las actuales controversias, y de los motivos del desencuentro,
en el seno del anglicanismo, en particular sobre las que han tenido consecuencias
acerca de sus relaciones con la Iglesia católica.
El presidente del pontificio
Consejo para la promoción para la unidad de los cristianos en las dos primeras partes,
es decir, las referidas a la ilustración de relaciones en los últimos años, hizo una
exhaustiva descripción de todo lo que se ha alcanzado en los últimos cuarenta años,
y con respecto a las consideraciones de naturaleza eclesiológica a la luz de la situación
actual en el anglicanismo recordó algunas intuiciones comunes de los últimos decenios
que pueden, o que deberían, ser útiles par encontrar una manera de proseguir, según
se espera, de forma común.
Respecto al tercer apartado dedicado a las reflexiones
sobre cuestiones que la Comunión anglicana debe afrontar, el purpurado alemán aludió
brevemente a dos cuestiones que están en el centro de las tensiones en el seno de
esa Comunión y a sus relaciones con la Iglesia Católica como son la ordenación de
las mujeres y la sexualidad humana.