Benedicto XVI anuncia durante el Ángelus en Sydney que Madrid será la próxima sede
de la Jornada Mundial de la Juventud en 2011, impresiones del Card. Rouco ante la
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Domingo, 20 jul (RV).- El Santo Padre Benedicto XVI hizo, durante el rezo mariano
del Ángelus, un gran regalo a los miles de jóvenes que desde España y desde toda América
Latina han viajado hasta Sydney para celebrar junto al Papa la XXIII Jornada Mundial
de la Juventud, con el anuncio de que la próxima sede de este importante evento será
en 2011 Madrid: “Llega ahora el momento de deciros adiós o, más bien, arrivederci.
Os doy las gracias a todos por haber participado en la Jornada Mundial de la Juventud
2008, aquí en Sydney, y espero que nos volvamos a ver dentro de tres años. La Jornada
Mundial de la Juventud 2011 tendrá lugar en Madrid, en España. Hasta ese momento,
recemos los unos por los otros, y demos ante el mundo un alegre testimonio de Cristo.
Qué Dios os bendiga”.
El esperado anuncio ha llegado tras la invitación del
Pontífice, durante el Ángelus, a imitar el “sí” de María, acogiendo el ofrecimiento
de amistad por parte del Señor, porque –ha recordado el Papa- “sabemos que Él nunca
nos abandonará. Sabemos que Él nos sostendrá siempre con los dones del Espíritu”.
Porque María acogió la propuesta del Señor en nombre nuestro, y por este motivo
Benedicto XVI ha invitado a que nos dirijamos a Ella pidiendo que “nos guíe en las
dificultades para permanecer fieles a esa relación vital que Dios estableció con cada
uno de nosotros. María es nuestro ejemplo y nuestra inspiración; Ella intercede por
nosotros ante su Hijo, y con amor materno nos protege de los peligros”.
Y
como es tradicional, el Papa ha saludado en varios idiomas a todos los presentes,
éstas han sido sus palabras en español: “Queridos jóvenes, en
Cristo se cumplen todas las promesas de salvación verdadera para la humanidad. Él
tiene para cada uno de vosotros un proyecto de amor en el que se encuentra el sentido
y la plenitud de la vida, y espera de todos vosotros que hagáis fructificar los dones
que os ha dado, siendo sus testigos de palabra y con el propio ejemplo. No lo defraudéis”.
Y
tras anunciar el Santo Padre que la próxima Jornada Mundial de la Juventud tendrá
como sede la capital de España, nos hemos puesto en contacto con el cardenal arzobispo
de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Antonio María Rouco Varela
para que nos manifestara su impresión ante este nuevo reto:
Discurso
completo Ángelus:Queridos jóvenes amigos Nos disponemos ahora a recitar
juntos la hermosa oración del Ángelus. En ella reflexionaremos sobre María, mujer
joven que conversa con el ángel, que la invita, en nombre de Dios, a una particular
entrega de sí misma, de su vida, de su futuro como mujer y madre. Podemos imaginar
cómo debió sentirse María en aquel momento: totalmente estremecida, completamente
abrumada por la perspectiva que se le ponía delante. El ángel comprendió
su ansiedad e inmediatamente intentó calmarla: «No temas, María… El Espíritu Santo
vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra» (Lc 1,30.35).
El Espíritu fue quien le dio la fuerza y el valor para responder a la llamada del
Señor. El Espíritu fue quien la ayudó a comprender el gran misterio que iba a cumplirse
por medio de Ella. El Espíritu fue el que la rodeó con su amor y la hizo capaz de
concebir en su seno al Hijo de Dios.
En el Antiguo
Testamento, Dios se reveló de modo parcial y gradual, como hacemos todos en nuestras
relaciones personales. Se necesitó tiempo para que el pueblo elegido profundizase
en su relación con Dios. La Alianza con Israel fue como un tiempo de hacer la corte,
un largo noviazgo. Luego llegó el momento definitivo, el momento del matrimonio, la
realización de una nueva y eterna alianza. En ese momento María, ante el Señor, representaba
a toda la humanidad. En el mensaje del ángel, era Dios el que brindaba una propuesta
de matrimonio con la humanidad. Y en nombre nuestro, María dijo sí.
En
los cuentos, los relatos terminan en este momento: «y desde entonces vivieron felices
y contentos». En la vida real no es tan fácil. Fueron muchas las dificultades que
María tuvo que superar al afrontar las consecuencias de aquel «sí» al Señor. Simeón
profetizó que una espada le traspasaría el corazón. Cuando Jesús tenía doce años,
Ella experimentó las peores pesadillas que los padres pueden tener, cuando tuvo a
su hijo perdido durante tres días. Y después de su actividad pública, sufrió la agonía
de presenciar su crucifixión y muerte. En las diversas pruebas Ella permaneció fiel
a su promesa, sostenida por el Espíritu de fortaleza. Y por ello tuvo como recompensa
la gloria.
Queridos jóvenes, también nosotros debemos
permanecer fieles al «sí» con que acogimos el ofrecimiento de amistad por parte del
Señor. Sabemos que Él nunca nos abandonará. Sabemos que Él nos sostendrá siempre con
los dones del Espíritu. María acogió la propuesta del Señor en nombre nuestro. Dirijámonos,
pues, a Ella y pidámosle que nos guíe en las dificultades para permanecer fieles a
esa relación vital que Dios estableció con cada uno de nosotros. María es nuestro
ejemplo y nuestra inspiración; Ella intercede por nosotros ante su Hijo, y con amor
materno nos protege de los peligros.
Después del
Ángelus Llega ahora el momento de deciros adiós o, más bien, hasta la vista.
Os doy las gracias a todos por haber participado en la Jornada Mundial de la Juventud
2008, aquí en Sydney, y espero que nos volvamos a ver dentro de tres años. La Jornada
Mundial de la Juventud 2011 tendrá lugar en Madrid, en España. Hasta ese momento,
recemos los unos por los otros, y demos ante el mundo un alegre testimonio de Cristo.
Que Dios os bendiga.