Jueves,
10 jul (RV).- En diversos programa hemos hablado de la comunicación como un eje prioritario
para el bienestar de la familia, para el entendimiento entre padres e hijos, entre
las parejas. Pero no hay que olvidar que la comunicación siempre es de doble vía:
es un camino de ida y vuelta: casi siempre nos preparamos para hablar, para hacernos
entender, para decir con claridad y precisión lo que queremos expresar, pero pocas
veces nos preparamos para escuchar, para prestarle atención a quienes nos rodean,
y este acto de escucha y atención es fundamental en la comunicación, esencial.
A
menudo escuchamos quejas de la pareja, un hijo o algún familiar que dicen que pareciera
que le “hablaras a la pared”, o incluso muchas personas se lamentan que muchos de
los diálogos que mantiene se convierten en monólogos que escucha con tedio e impaciencia,
o de las personas que dicen estar cansadas de repetir cien veces las cosas, todas
estas expresiones nos hablan justamente de incomunicación.
Pero atención,
la incomunicación no es sólo por la carencia de una actitud de receptividad y escucha,
a veces es también un reflejo de nuestra actitud comunicativa que no es clara, directa,
interesada, etc.
En la comunicación intervienen muchos elementos, por ejemplo
algunas ocasiones creen que cuando alguien les dice que necesitan ser escuchados es
porque necesitan un consejo y esto no es cierto, escuchar es un acto tan importante
que requiere de una actitud sincera y muy dispuesta, sin necesidad de brindar consejo,
apoyos o soluciones a los problemas o dificultades de los otros.
Escuchar
no significa estar en silencio y ya, es una actitud de atención, concentración en
lo que la otra persona dice porque es en ello donde encuentra sentido la expresión
y comprensión de la comunicación como elementos fundamentales del intercambio de sentidos,
de formas de ser, de expresión.
A menudo un intercambio de conversación se
torna tedioso, porque no se implica en ella, y solo escucha parte de lo que le dicen,
como una radio mal sintonizada o que sufre interferencias. Hay que recordar que en
todo intercambio comunicativo se genera un nuevo conocimiento, un cambio sea en nuestra
forma de entender, en obtener más información, en poder producir una reacción, o aportar
en nuevas formas de ver un determinado asunto.
Muchas personas dicen que escuchar
es todo un arte, y al parecer eso es cierto, puesto que es una actitud exigente de
ambos interlocutores, de quien escuche interesadamente, atentamente y pueda involucrarse
en el proceso, y obviamente para quien propone el diálogo, los planteamientos que
generan la interacción.
No se puede olvidar que de esta actitud de escucha
depende mucho también los diálogos establecidos con otras personas.
Como lo
hemos dicho en diversas ocasiones, la comunicación es esencial para nuestras relaciones,
para entendernos mucho mejor en armonía, convivencia, confianza y amor.