La inminente Jornada Mundial de la Juventud en Australia y la reunión de los países
miembros del G8 en Japón, temas principales del Ángelus del Papa que pide el fin de
las especulaciones sobre los precios de los alimentos y de la energía, que afectan
a los países más pobres
Domingo, 6 jul (RV).- El Santo Padre Benedicto XVI se encuentra en la localidad de
Castel Gandolfo, donde está pasando unos días de descanso, antes de emprender la próxima
semana el viaje a Australia, para celebrar la XXIII Jornada Mundial de la Juventud
en Sydney. Ante una multitud de fieles congregados en el patio interior del Palacio
Apostólico de esta localidad cercana a Roma, el Papa ha agradecido la acogida recibida
evocando después su inminente viaje.
“Mi pensamiento se dirige ahora a Australia
donde, si Dios quiere, me dirigiré el próximo sábado 12 de julio”, ha señalado el
Papa recordando que de hecho, en Sydney, en el sureste de este país, tendrá lugar
la XXIII Jornada Mundial de la Juventud. “Durante estos meses pasados la Cruz de los
Jóvenes ha atravesado toda Oceanía, y en Sydney, una vez más, -ha evocado el Santo
Padre- será testigo silenciosa del pacto de alianza entre el Señor Jesucristo y las
nuevas generaciones”.
El calendario de las celebraciones de esta Jornada Mundial
de la Juventud dará inicio, como ha recordado el Santo Padre durante el Ángelus, el
martes 15 de julio con la fiesta de acogida de los jóvenes, mientras que el sábado
19 tendrá lugar la gran Vigilia y el domingo 20 de julio, la Celebración eucarística,
momento culminante y conclusivo del evento.
Ante este gran evento, el Papa
ha invitado a toda la Iglesia a sentirse partícipe de esta nueva etapa del gran peregrinaje
de los jóvenes a través del mundo, iniciado por el Siervo de Dios Juan pablo II en
1985. Y es que, como ha señalado Benedicto XVI, esta Jornada Mundial de la Juventud,
“se preanuncia como un renovado Pentecostés: “Tendréis la fuerza del Espíritu Santo
que bajará sobre vosotros y seréis mis testigos”.
Esta promesa que Jesús hizo
a sus discípulos después de la resurrección, ha evocado el Santo Padre, permanece
siempre válida y actual en la Iglesia: “Estoy seguro que desde todos los rincones
de la tierra, los católicos se unirán a mi y a los jóvenes reunidos en Sydney, como
en el Cenáculo, invocando con intensidad el Espíritu Santo, para que inunde los corazones
de luz interior, de amor por Dios y por los hermanos, en la valiente iniciativa de
introducir el mensaje eterno de Jesús en la variedad de lenguas y culturas”.
Por
último, en su alocución previa al rezo mariano del Ángelus, el Papa ha pedido la intercesión
de la Virgen María para el buen éxito del viaje a Australia, y en este primer domingo
de julio ha pedido también a María que interceda para que este periodo veraniego “ofrezca
a todos la ocasión de un periodo de descanso y de recarga física y espiritual”.
Y
tras el rezo mariano del Ángelus y el responso por los fieles difuntos, Benedicto
XVI ha saludado en varias lenguas, recordando en primer lugar el inicio -mañana lunes
7 de julio en Japón-, de las reuniones de los países miembros del G8 junto a otros
líderes mundiales.
Precisamente las Conferencias Episcopales de los países
participantes han lanzado estos días un llamamiento para que se asuman compromisos
en la lucha contra la pobreza extrema, el hambre, las enfermedades, y el analfabetismo,
que todavía afectan a la humanidad: “Me uno también yo a este apremiante llamamiento
a la solidaridad. Me dirijo a los participantes en el encuentro de Hokkaido-Toyako,
para que en el centro de sus deliberaciones pongan las necesidades de las poblaciones
más débiles y pobres, cuya vulnerabilidad está aumentando hoy en día a causa de la
especulación y de las turbulencias financieras y sus efectos perversos sobre los precios
de los alimentos y de la energía. Espero que la generosidad ayude a tomar decisiones
adecuadas para relanzar un proceso de desarrollo igualitario, salvaguardando la dignidad
humana”.
Asimismo el Papa ha saludado a todos los niños que han participado
en el “Festival internacional de los niños Artistas 2008” organizado por una fundación
china italiana. “Amor, concordia, armonía y solidaridad son los valores que tenéis
que promover en China y en los demás países del mundo –ha dicho el Papa- El arte y
la cultura pueden unir a los pueblos”.
“Los niños –ha dicho el Papa- representan
el futuro de la familia humana y están, por este motivo, llamados a construir un mundo
más hermoso y humano. Vuestra presencia mi permite enviar un deseo de paz y de felicidad
a todos vuestros coetáneos en China y en el mundo”.
Y tras saludar en chino
y en otros idiomas, el Papa ha dirigido éstas palabras en español a todos los peregrinos:
“Saludo con afecto
a los peregrinos de lengua española. En este domingo, os invito a dar gracias a Dios
Padre, que ha escondido los misterios del Reino a los sabios y entendidos de este
mundo, y a pedirle que nos conceda identificarnos cada día con los sentimientos de
su Hijo Jesucristo, manso y humilde de corazón, para así encontrar en Él nuestro descanso.
Feliz domingo a todos”.