2008-06-21 18:32:55

El cardenal Martino inaugura en el Vaticano un seminario internacional sobre ética y política


Sábado, 21 jun (RV).- La Iglesia no hace política pero posee una iluminada doctrina sobre la política para que ésta pueda desarrollar mejor su función persiguiendo el bien común. Esta ha sido la afirmación del cardenal Renato Martino inaugurando ayer por la mañana en el Vaticano un seminario internacional sobre ética y política.

Para el presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz “conservar y promover en la conciencia común el sentido de la trascendente dignidad del ser humano es la primera y esencial contribución que la Iglesia ofrece a la comunidad política. En este seminario internacional sobre “La política, forma exigente de caridad que ha reunido a más de 60 expertos politólogos, estudiosos y personalidades comprometidas en el ámbito social, el cardenal Martino ha subrayado que “en el mensaje de Cristo anunciado por la Iglesia, la comunidad humana puede encontrar la fuerza para amar al prójimo como a sí mismo, para combatir todo lo que va contra la vida, para admitir la fundamental igualdad de todos, y para luchar contra cualquier forma de discriminación, para superar una ética puramente individualista”.

Sobre el tema de la laicidad, entendida a menudo como exclusión de la religión de la vida pública, el presidente de Justicia y Paz ha expresado su convicción de que el catolicismo no podrá renunciar jamás a un papel público de la fe, distinguiendo cuando los fieles actúan por su cuenta de cuando lo hacen en nombre de la Iglesia junto a sus pastores. “Si la política pretende actuar como si Dios no existiese, ha reflexionado el cardenal Martino, al final se vuelve árida y pierde la consciencia misma de la intangible dignidad humana”.

En cuanto al argumento del pluralismo democrático y los valores indispensables, otro punto fundamental de la discusión en este Seminario, el presidente de Justicia y Paz ha subrayado que “los derechos reivindicados de forma individual y egoísta, fuera de un contexto de verdad, solidaridad y responsabilidad, corroen la democracia misma e introducen elementos de fragmentación y contraposición”.

En u tiempo como el actual, marcado por difundidas actitudes de antipolítica, el cardenal Martino ha reafirmado que una verdadera democracia tiene necesidad de un suplemento del alma: el valor incondicional del ser humano, abierta a los demás y a Dios, en la verdad y en el bien.







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