Satisfacción de la Santa Sede por el acuerdo de Dublín contra las bombas racimo
Domingo, 8 jun (RV).- La Santa Sede ha expresado profunda satisfacción por el acuerdo
logrado en Dublín, con la nueva Convención contra las bombas de racimo, y hace hincapié,
con particular alegría, en el objetivo alcanzado en favor de una mayor atención a
las víctimas. Recordamos que Benedicto XVI había dirigido un apremiante llamamiento
- precisamente en la víspera de esta conferencia diplomática sobre la prohibición,
almacenamiento y comercio de las bombas de racimo - convocada con el fin de lograr
una Convención que prohíba estas armas, que matan o hieren de forma tan cruel a tantas
víctimas inocentes.
El Papa hacía hincapié en la urgencia de «un instrumento
internacional fuerte y creíble, pues es necesario sanar los errores del pasado y evitar
que se repitan en el futuro». En este contexto, el arzobispo Silvano Tomasi, observador
permanente de la Santa Sede ante la Oficina de las Naciones Unidas y las Organizaciones
Internacionales en Ginebra, pronunció un discurso el pasado 30 de mayo, al final de
la Conferencia Diplomática sobre las bombas de racimo.
Mons. Tomasi destacó
una gran alegría por el acuerdo que reconoce «la protección y el cuidado de las víctimas
de las bombas de racimo, la prevención de su sufrimiento y el logro de un nuevo capítulo
positivo en el derecho humanitario internacional». Pues se han alcanzado «estos objetivos
claros y convincentes que la Santa Sede impulsa desde el inicio del proceso que ha
conducido a esta conferencia diplomática»
El primero de los tres resultados
positivos de esta nueva convención que prohíbe las bombas de racimo «es que se prestará
mayor atención a las víctimas, incluyendo a sus familias y comunidades», como destacó
el observador permanente de la Santa Sede ante la Oficina de las Naciones Unidas en
Ginebra, señalando en segundo lugar, «la contribución y el papel específico de los
principales actores - es decir estados implicados, organismos de las Naciones Unidas,
Organizaciones Internacionales, el Comité Internacional de la Cruz Roja y la sociedad
civil - que proporcionan ayuda a las víctimas, así como cooperación humana, financiera
y técnica».
En lo que respecta al tercer resultado alcanzado, Mons. Tomasi
subrayó que «la nueva convención es un logro en sí misma, pero también es un mensaje
positivo para que la comunidad internacional se esfuerce en las negociaciones sobre
el desarme y el control de las armas en su conjunto».