Escuchar el programa Jueves, 15 may
(RV).- Hoy hablaremos sobre las relaciones, la necesidad del otro y en muchas ocasiones,
de la profunda soledad. No cabe duda que a lo largo de los años, los hombres y mujeres
han salido en busca de la felicidad por caminos diferentes.
Por muchos motivos,
las parejas llegan a tal grado de la cotidianidad que a veces difícilmente se soportan,
o lo hacen por situaciones muy distintas al amor: económicas, sociales, por los hijos,
el temor al cambio, por miedo a estar solos, en fin, lo cierto s que las personas
no sabemos vivir solos, no sabemos vivir el uno sin el otro, pero a veces es muy difícil
amarse.
Tremenda paradoja. Uno de los principales problemas de la humanidad,
que ya sobrepasa los 6 mil millones de habitantes, es la soledad. Cada ser humano
está aislado. El individuo apartado de lo espiritual no logra conectarse consigo mismo,
mucho menos con el otro. Y en una circunstancia así estaríamos desaprovechando lo
mejor de nuestra vida: la oportunidad de complementarnos.
En el afán de encontrar
a la persona indicada, en muchas ocasiones buscamos desesperadamente sin conocernos
lo suficiente. Con rapidez nos “unimos” permaneciendo en el exterior. Muchas parejas,
asumen la intimidad como algo superficial, de momento, olvidamos sin duda lo fundamental
para quedar con lo superficial, y entonces llamamos a todo amor.
Es inconcebible
pensar en la vida sin amor. De ser así, ésta se va extinguiendo lentamente. La situación
actual es un reflejo de ello, aunque no siempre sea de esa manera. La falta de responsabilidad
y compromiso a la hora de actuar, es la característica común en algunas parejas. Necesitamos
replantear el propósito de nuestras relaciones, crecer juntos y darnos lo mejor como
fue concebido inicialmente.
La intimidad es algo muy sutil, como un velo que
podemos descubrir sólo cuando hay amor. Es misterioso y oculto, sagrado por naturaleza.
Cuando pensamos que sólo hace referencia a lo sexual nos perdemos lo más bello que
ellas tienen: sus sentimientos.
Lo íntimo es cercano, acogedor y tranquilo,
genera confianza. Por lo tanto exige un profundo respeto. Se dice que en el contexto
de nuestras sociedades modernas, las mujeres deben recuperar el valor de su intimidad,
mientras que los hombres, necesitan aprender a respetarla. Son los principios básicos
del amor.
Sin lugar a dudas, el hombre necesita a la mujer para su evolución,
y viceversa. El intercambio entre los dos sirve para fortalecer los vínculos, aumentar
el nivel de conciencia y conocimiento, para llegar lo verdadero, a lo profundo. Desde
su centro, el corazón, cada uno ayuda al otro a ascender en la escalera de la conciencia.
Las relaciones que se nutren desde la esencia finalmente tienen mayores oportunidades
de éxito, finalmente crecen y perduran en la existencia del amor.