El diálogo interreligioso, en particular con los budistas, y la defensa de la dignidad
humana frente a fenómenos aberrantes como el tráfico de niños y la prostitución, temas
centrales del discurso del Papa a los obispos de Tailandia
Viernes, 16 may (RV).- El diálogo interreligioso, en particular con los budistas y
la defensa de la dignidad humana, especialmente frente a fenómenos aberrantes como
el tráfico de niños y la prostitución han sido los temas centrales del discurso del
Papa a los obispos de Tailandia a quienes ha recibido esta mañana en visita ad limina
apostolorum. En vuestro país la misión de la pequeña comunidad católica
se inscribe en el contexto de las relaciones, especialmente con los budistas. En este
sentido los obispos tailandeses han transmitido al Santo Padre el respeto que nutren
por los monasterios budistas y el aprecio que tienen por la contribución que ofrecen
a la vida social y cultural de los tailandeses.
De hecho el Papa ha destacado
la coexistencia de diversas comunidades religiosas en el país, lo que revela el contexto
de la globalización. Un fenómeno del cual el mismo Papa había observado recientemente
que sus fuerzas consideran a la humanidad como contrapuesta entre dos polos. Por una
parte se ve la multiplicidad cada vez mayor de las relaciones económicas y culturales
que realzan generalmente un sentido de la solidaridad global y de la responsabilidad
compartida del bienestar de la humanidad. Mientras por otra muestra la fragmentación
y cierto individualismo en los que se arraiga un secularismo que rechaza de alguna
manera lo trascendente y el sentido de lo sagrado, eclipsando de alguna forma la misma
fuente de la armonía y de la unidad dentro del universo.
Benedicto XVI ha
expresado también su aprecio por los esfuerzos que la entera comunidad católica en
Tailandia realiza para mantener la dignidad de cada vida humana, especialmente la
de las más vulnerables. Y en este sentido se ha referido a la preocupación especial
que representa para estos pastores el azote del tráfico de mujeres y niños implicados
en la prostitución. “Porque la pobreza es, indudablemente, un factor subyacente de
estos fenómenos”, ha dicho el Pontífice, y en este contexto ha manifestado que se
está logrando mucho gracias a los programas de desarrollo social propuestos por la
Iglesia.
El Santo Padre ha abordado también el tema de la enseñanza y ha elogiado
la notable contribución que ofrecen las escuelas católicas a la formación intelectual
de numerosos jóvenes tailandeses. “Una contribución excepcional a la educación espiritual
y moral del joven”, que inciden sobre aspectos cruciales de la formación de la persona,
y que para las familias, sean católicas como budistas, desarrollan las escuelas católicas.