Concierto de la Orquesta Filarmónica China y el Coro de la Shanghai Opera House en
honor del Santo Padre
Martes, 6 may (RV).- Benedicto XVI asistirá mañana al concierto que le ofrecerán la
Orquesta Filarmónica China y el Coro de la Shanghai Opera House, interpretando en
su honor el Réquiem de Wolfgang Amadeus Mozart. La cita es para las seis de la tarde
en el Aula Pablo VI del Vaticano.
Una vez más, el arte se presenta como valioso
medio de diálogo entre pueblos y culturas, y, concretamente, la música, como ha señalado
en numerosas oportunidades el Santo Padre. Y como será mañana, con la interpretación
en el Vaticano de una gran obra clásica de la música europea de inspiración religiosa.
La Filarmónica de Pekín se fundó en el año 2000, a partir de la China Broadcasting
Symphony Orchestra. Su director es el maestro Long Yu y cuenta como consultora con
la señora Deng Rong, hija del líder chino Deng Xiaoping. El importante concierto de
mañana en el Vaticano se enmarca en la gira que está realizando por Europa esta orquesta,
que es la más famosa de China.
En este mes de mayo, el próximo día 24, festividad
de María Auxiliadora, se celebra – recordamos - la Jornada de oración por la Iglesia
en China, convocada por Benedicto XVI en su «Carta a los Obispos, a los presbíteros,
a las personas consagradas y a los fieles laicos de la Iglesia católica en la República
Popular China». Misiva papal - firmada hace casi un año, en la solemnidad de Pentecostés
2007 - que «desea manifestar su amor y su cercanía a los católicos que están en China»,
como Sucesor de Pedro y Pastor de la Iglesia universal.
Señalando el día 24
de mayo para esta Jornada de oración, Benedicto XVI explicaba que lo había elegido
porque «está dedicado a la fiesta litúrgica de la Santísima Virgen María, Auxilio
de los Cristianos, venerada con tanta devoción en el santuario mariano de Sheshan
en Shanghai». Con el anhelo que «podría llegar a ser en el futuro una ocasión para
los católicos de todo el mundo para unirse en oración con la Iglesia en China».
En
su «Carta a los Obispos, a los presbíteros, a las personas consagradas y a los fieles
laicos de la Iglesia católica en la República Popular China», Benedicto XVI dirigía
asimismo una mirada atenta a este pueblo, «que se ha distinguido entre los demás pueblos
de Asia por el esplendor de su milenaria civilización, con toda su experiencia sapiencial,
filosófica, científica y artística».