2008-05-05 16:23:07

En la víspera del juramento de los nuevos alabarderos, Benedicto XVI exhorta a los guardias suizos a “Servir a Dios, sirviendo ‘al siervo de sus siervos’, al Reino de amor y de paz y a la Santa Sede


Lunes, 5 may (RV).- Como es tradicional, Benedicto XVI ha recibido esta mañana al comandante, al capellán y a los miembros de la Guardia Suiza, acompañados de sus familiares. En la víspera del juramento de los nuevos alabarderos - que este año son 33 – esta audiencia papal estaba enriquecida además por la alegre presencia de numerosos niños:

«En particular me alegra acoger a tantos niños, que son las flores más bellas de vuestras familias y nos recuerdan el amor y predilección de Jesús para con los más pequeños».

En su discurso, que como suele ser ha sido en italiano, alemán y francés, el Papa ha puesto de relieve las importantes manifestaciones del quinto centenario de fundación del Cuerpo de Guardias Suizas, hace dos años: «Circunstancia propicia para observar, en perspectiva, vuestra historia, percibiendo los profundos cambios del contexto social en el que, a través de los siglos, la Santa Sede ha estado llamada a vivir y obrar, según el mandato encomendado por Cristo al apóstol Pedro, al Papa».

Haciendo hincapié en que esta evolución «pone de relieve lo que no cambia», como la identidad de este mismo Cuerpo destinado a vigilar sobre la seguridad del Romano Pontífice y su residencia y su compromiso de servir a Dios, sirviendo ‘al siervo de sus siervos’, Benedicto XVI ha destacado que «después de cinco siglos, permanece inmutado el espíritu de fe que impulsa a algunos jóvenes suizos a dejar su bella tierra para venir a prestar servicio al Papa en el Vaticano».

El Santo Padre, ha puesto de relieve que también «permanece igual el amor a la Iglesia Católica», que testimonian «más que con las palabras», con su persona, gracias también a su característico e histórico uniforme.

Luego, en francés, Benedicto XVI se ha dirigido, en particular, a los nuevos alabarderos, alentándolos a asimilar, cultivar y apreciar su espíritu cristiano y eclesial, la oración y la vida espiritual y el aprecio de toda persona en su servicio al Reino del amor y de la paz: «Sabed ante todo asimilar este espíritu cristiano y eclesial, base y motor de toda actividad que desarrollaréis. Cultivad siempre la oración y la vida espiritual, valorizando la valiosa presencia del Capellán. Sed siempre abiertos, sencillos y leales. Sabed apreciar también las diferencias de personalidad y de carácter que hay entre vosotros, porque debajo del uniforme cada uno es una persona única e irrepetible, llamada por Dios a servir su reino de amor y de paz».

Antes de reiterar su profunda gratitud por el servicio que prestan al Papa, Benedicto XVI ha destacado que la Guardia Suiza es también una escuela de vida, en la que muchos de ellos han podido descubrir – durante su experiencia en el Vaticano – su propia vocación. Al matrimonio cristiano, al sacerdocio o a la vida consagrada.







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