2008-05-01 16:37:30

Presentación de la encuesta ‘La lectura de las Escrituras en algunos países’


Jueves, 1 may (RV).- La Lectio divina debe llegar a ser también oración. Como nos recuerda infatigablemente Benedicto XVI - además de conocer las Sagradas Escrituras - es necesario meditar y rezar con ellas, enriqueciendo nuestra espiritualidad. Debemos impulsar la escucha y la lectura de la Biblia y su profundización no sólo en la teología, sino también en la liturgia y en la espiritualidad privada y personal. Lo señalaba el Arzobispo Gianfranco Ravasi, presidente del Pontificio Consejo para la Cultura, el pasado lunes en la Oficina de Prensa de la Santa Sede, en la presentación de los resultados de la encuesta ‘La lectura de las Escrituras en algunos países’.

Países entre los que se encuentra España, junto con Estados Unidos, Reino Unido, Holanda, Alemania, Francia, Italia, Polonia y Rusia. La encuesta - patrocinada por la Federación Bíblica Católica y a cargo de GFK-Eurisko – se realizó en vista del próximo sínodo episcopal sobre ‘La Palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia’, que tendrá lugar del 5 al 26, del próximo mes de octubre.

Intervinieron en esta presentación - además de Mons. Gianfranco Ravasi, presidente del Pontificio Consejo para la Cultura - el obispo Vincenzo Paglia, de Terni (Italia), presidente de la Federación Bíblica Católica y el profesor Luca Diotallevi, coordinador del grupo de investigación y docente de Sociología en la Universidad de Roma 3.

Mons. Paglia explicó que la Federación Bíblica Católica pensó en la utilidad de realizar una encuesta en varios países, teniendo en cuenta también las diversas tradiciones cristianas, para contar con una referencia concreta sobre la relación entre los cristianos y las Escrituras. El resultado confirma plenamente la intuición pastoral del Concilio Vaticano II, que exhortaba a los fieles a redescubrir las Escrituras como fuente primaria de la vida espiritual.

Se reafirman también – señaló el prelado – los lazos entre la Biblia y la Eucaristía, porque la mayor parte de los entrevistados indica la celebración dominical como el lugar más habitual para escuchar la Palabra de Dios. En lo que respecta al papel de la Biblia en el diálogo ecuménico, se ha puesto de relieve que las Escrituras siguen siendo el ‘lugar’ más eficaz que tienen los cristianos para caminar juntos por el camino de la unidad.

Por otra parte, las respuestas muestran que ya no hay tanta diversidad como en el pasado en la relación con las Escrituras en las diversas tradiciones cristianas. También se han constatado las notables expectativas que tienen las mujeres y hombres de nuestro tiempo ante las Sagradas Escrituras, que todos miran con respeto. Para los cristianos es opinión común que la Biblia contiene la Palabra de Dios, que es un libro inspirado y capaz de proponer el sentido de la vida y tiene una autoridad mayor que las otras instancias eclesiales. Si bien los valores que propone sean difíciles de poner en práctica.

Uno de los grandes retos - señaló el presidente de la Federación Bíblica Católica - es la responsabilidad de la predicación partiendo de las Escrituras, que debe representar un llamamiento a los creyentes y a todos los que anhelan impulsar la espiritualidad, aún sin saberlo. La escucha de las Escrituras favorece la agregación de aquellos que la escuchan. La escucha de la Palabra de Dios «hace Iglesia». De ahí que leer la Escritura en compañía de la Iglesia evite dos escollos peligrosos. Es decir, ‘una lectura fundamentalista’ y ‘una lectura individualista pseudo psicológica’.

Mons. Paglia destacó también el gran desafío de «cómo pasar de la fascinación que las Escrituras siguen suscitando también en una sociedad secularizada» a una «palabra eficaz y fuerte que cambia el corazón y la vida». En su opinión, la responsabilidad está en la predicación a partir de la Escritura. La misma encuesta señala que en el último año sólo una tercera parte de los europeos encuestados ha leído trozos de la Biblia, mientras que en los Estados Unidos este dato alcanza el 75%.

Tras reiterar la importancia de la Biblia en la vida espiritual, como alentaba también incesantemente el Siervo de Dios Juan Pablo II y como sigue haciendo Benedicto XVI, el presidente del Pontificio Consejo para la Cultura recordó que la Lectio divina es una de las perspectivas importantes que el próximo Sínodo deberá impulsar. Teniendo presente que la escucha de las Escrituras favorece el encuentro con el Señor y enriquece la experiencia espiritual.







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