Presentación de la encuesta ‘La lectura de las Escrituras en algunos países’
Jueves, 1 may (RV).- La Lectio divina debe llegar a ser también oración. Como nos
recuerda infatigablemente Benedicto XVI - además de conocer las Sagradas Escrituras
- es necesario meditar y rezar con ellas, enriqueciendo nuestra espiritualidad. Debemos
impulsar la escucha y la lectura de la Biblia y su profundización no sólo en la teología,
sino también en la liturgia y en la espiritualidad privada y personal. Lo señalaba
el Arzobispo Gianfranco Ravasi, presidente del Pontificio Consejo para la Cultura,
el pasado lunes en la Oficina de Prensa de la Santa Sede, en la presentación de los
resultados de la encuesta ‘La lectura de las Escrituras en algunos países’.
Países
entre los que se encuentra España, junto con Estados Unidos, Reino Unido, Holanda,
Alemania, Francia, Italia, Polonia y Rusia. La encuesta - patrocinada por la Federación
Bíblica Católica y a cargo de GFK-Eurisko – se realizó en vista del próximo sínodo
episcopal sobre ‘La Palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia’, que
tendrá lugar del 5 al 26, del próximo mes de octubre.
Intervinieron en esta
presentación - además de Mons. Gianfranco Ravasi, presidente del Pontificio Consejo
para la Cultura - el obispo Vincenzo Paglia, de Terni (Italia), presidente de la Federación
Bíblica Católica y el profesor Luca Diotallevi, coordinador del grupo de investigación
y docente de Sociología en la Universidad de Roma 3.
Mons. Paglia explicó
que la Federación Bíblica Católica pensó en la utilidad de realizar una encuesta en
varios países, teniendo en cuenta también las diversas tradiciones cristianas, para
contar con una referencia concreta sobre la relación entre los cristianos y las Escrituras.
El resultado confirma plenamente la intuición pastoral del Concilio Vaticano II, que
exhortaba a los fieles a redescubrir las Escrituras como fuente primaria de la vida
espiritual.
Se reafirman también – señaló el prelado – los lazos entre la
Biblia y la Eucaristía, porque la mayor parte de los entrevistados indica la celebración
dominical como el lugar más habitual para escuchar la Palabra de Dios. En lo que respecta
al papel de la Biblia en el diálogo ecuménico, se ha puesto de relieve que las Escrituras
siguen siendo el ‘lugar’ más eficaz que tienen los cristianos para caminar juntos
por el camino de la unidad.
Por otra parte, las respuestas muestran que ya
no hay tanta diversidad como en el pasado en la relación con las Escrituras en las
diversas tradiciones cristianas. También se han constatado las notables expectativas
que tienen las mujeres y hombres de nuestro tiempo ante las Sagradas Escrituras, que
todos miran con respeto. Para los cristianos es opinión común que la Biblia contiene
la Palabra de Dios, que es un libro inspirado y capaz de proponer el sentido de la
vida y tiene una autoridad mayor que las otras instancias eclesiales. Si bien los
valores que propone sean difíciles de poner en práctica.
Uno de los grandes
retos - señaló el presidente de la Federación Bíblica Católica - es la responsabilidad
de la predicación partiendo de las Escrituras, que debe representar un llamamiento
a los creyentes y a todos los que anhelan impulsar la espiritualidad, aún sin saberlo.
La escucha de las Escrituras favorece la agregación de aquellos que la escuchan.
La escucha de la Palabra de Dios «hace Iglesia». De ahí que leer la Escritura en compañía
de la Iglesia evite dos escollos peligrosos. Es decir, ‘una lectura fundamentalista’
y ‘una lectura individualista pseudo psicológica’.
Mons. Paglia destacó también
el gran desafío de «cómo pasar de la fascinación que las Escrituras siguen suscitando
también en una sociedad secularizada» a una «palabra eficaz y fuerte que cambia el
corazón y la vida». En su opinión, la responsabilidad está en la predicación a partir
de la Escritura. La misma encuesta señala que en el último año sólo una tercera parte
de los europeos encuestados ha leído trozos de la Biblia, mientras que en los Estados
Unidos este dato alcanza el 75%.
Tras reiterar la importancia de la Biblia
en la vida espiritual, como alentaba también incesantemente el Siervo de Dios Juan
Pablo II y como sigue haciendo Benedicto XVI, el presidente del Pontificio Consejo
para la Cultura recordó que la Lectio divina es una de las perspectivas importantes
que el próximo Sínodo deberá impulsar. Teniendo presente que la escucha de las Escrituras
favorece el encuentro con el Señor y enriquece la experiencia espiritual.