Caracas: beatificación de la fundadora de las Carmelitas Terciarias Regulares
Lunes, 28 abr (RV).- «Gracias a la presencia de Cristo Resucitado en ella - manifestada
en su caridad sin límites - la Beata Candelaria nos invita a socorrer a los enfermos
terminales, a los enfermos de SIDA, a los niños, víctimas de atropellos y abusos
de toda clase, a los ancianos y a los que sufren tantas formas de pobreza». En nombre
del Papa, el cardenal Sairaiva, beatificó en Caracas a la fundadora de las Carmelitas
Terciarias Regulares.
Ayer en la capital de Venezuela, en nombre de Benedicto
XVI, el Cardenal Prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos, José Sairaiva
Martins, elevó al honor de los altares a la Beata Candelaria, fundadora de las Carmelitas
Terciarias Regulares, conocidas con el nombre de esta religiosa que testimonió con
toda su vida el Amor de Dios, a todos sin distinción.
Tras recordar que «la
fe cristiana es un acto de amor, como bien nos lo ha recordado Benedicto XVI, en su
primera encíclica», el Card. Saraiva Martins destacó que - gracias a la presencia
viva y operante de Cristo Resucitado en ella, que se manifiesta palpable en su caridad
sin límites - la Beata Candelaria nos acompaña e invita a ocuparnos de los enfermos
terminales, de los enfermos de SIDA, a preocuparnos por aliviar la soledad de los
ancianos y las dificultades de tantas formas diversas de pobreza, a dedicar el tiempo
necesario a visitar los hospitales.
Y cómo no pensar en quienes se dedican
a socorrer a los niños, víctimas de atropellos y abusos de toda clase. También se
han de defender los derechos de las minorías amenazadas, como algunas poblaciones
indígenas de América Latina, y ser la voz de quien no la tiene, reiteró el cardenal
Saraiva Martins. El purpurado concluyó su homilía con el anhelo de que «la santidad
de vida de esta flor de Venezuela, que es la Madre Candelaria, uno de los frutos eminentes
de la historia del catolicismo en Latinoamérica, nos afirme en la experiencia también
descrita por Benedicto XVI al principio de su pontificado: ‘no hay nada más bello
que ser alcanzados, sorprendidos por el evangelio, por Cristo. No hay nada más bello
que conocerlo y comunicar a otros nuestra amistad con El’».
En la víspera de
esta beatificación, nuestra compañera Alina Tufani entrevistó al cardenal Jorge Urosa
Savino, Arzobispo de Caracas, que destacó, en primer lugar, la gran alegría, fervor
y gratitud al Señor y al Papa por esta primera beatificación en tierra venezolana: