Su Santidad ya se encuentra en Washington en el ámbito del octavo viaje apostólico
de su Pontificado a los Estados Unidos de América
Miércoles, 16 abr (RV).- El Santo Padre Benedicto XVI cumple hoy 81 años de edad en
tierra norteamericana.
En efecto, ya ayer, el canto del “happy birthday”
se escuchó en la base aérea de Andrews, en las afueras de Washington, a donde el Papa
llegó poco después de las cuatro de la tarde, hora local. De este modo, el Obispo
de Roma comenzó su primera visita pastoral a Estados Unidos, que comprende, -en el
arco de cinco intensos días-, la capital de esta gran nación y Nueva York, a donde
llegará el próximo viernes, y donde permanecerá hasta el domingo 20 de abril.
Si
bien la ceremonia oficial de bienvenida se realizará esta mañana en la Casa Blanca
-donde tendrá lugar el intercambio de discursos entre el Santo Padre y el presidente
de la nación anfitriona, y ante la presencia de unas cinco mil personas deseosas de
ver al Pastor de la Iglesia Universal-, Benedicto XVI, al descender ayer del avión
recibió el saludo –en una iniciativa sin precedentes- del presidente George Bush,
de la primera dama, Laura Bush, y de Jenna, la hija de ambos.
Mientras
el Papa agitaba la mano en señal de saludo al bajar rápidamente del avión, los estudiantes
de una escuela católica lo vitoreaban dándole la bienvenida.
Además del
mandatario, recibieron al Papa mons. Piero Sambi, nuncio apostólico en los Estados
Unidos de América; el cardenal Francis George, presidente de la Conferencia episcopal
estadounidense; mons. Gerald Kicanas, vicepresidente y mons. David Malloy, secretario
general y coordinador en los Estados Unidos de este viaje.
También saludaron
al Pontífice mons. Donal William Wuerl, arzobispo de Washington, con los dos obispos
auxiliares mons. Francisco González y mons. Martin Holley; y el arzobispo Timothy
Broglio, ordinario militar.
Enmarcado por dos enormes banderas -la de los
Estados Unidos de América y la de la Ciudad del Vaticano-, hemos visto partir a Benedicto
XVI en automóvil a las 16,29 con destino a la nunciatura apostólica de Washington
distante unos 26 km de la base militar, donde el Papa pernoctó.
En las
próximas horas comenzarán a disiparse las tantas expectativas de esta nación, deseosa
de escuchar al Sucesor del Apóstol Pedro que no duda en decir lo que no está bien
en la Iglesia, ni deja de recordar a los hombres que “Cristo es nuestra esperanza”.