Martes, 15 abr (RV).- Mañana, el Santo Padre, en su primera jornada en EE.UU. cumple
81 años. Y el sábado antes de concluir esta gira por tierras americanas también Benedicto
XVI celebrará el tercer aniversario de su elección al solio pontificio. Oigamos las
felicitaciones de Mons. Kasteel y a continuación las de Mons. Marcelo Sánchez Sorondo,
Canciller de las Pontificias Academias para las Ciencias y las Ciencias Sociales.
A las numerosas
felicitaciones que le están llegando al Papa con motivo de su cumpleaños se suma también
la Reina Isabel II de Inglaterra. Junto con sus mejores parabienes, la reina asegura
sus oraciones por Benedicto XVI, deseándole un sereno y pacífico futuro.
También
en el mismo contexto del cumpleaños de Benedicto XVI, una emisora de televisión rusa
trasmitirá, por primera vez, un documental sobre el Santo Padre, cuya biografía es
aún poco conocida en Rusia.
En este vídeo, que se grabó hace algunos meses
en el Vaticano, el Papa dirige un saludo en ruso, manifestando el anhelo de que los
obispos católicos y sus comunidades en todo el territorio de Rusia «se mantengan siempre
encendidos con la llama de la fe».
En su mensaje, el Santo Padre reitera que
«la búsqueda de la felicidad puede encontrar su respuesta, plena y definitiva, sólo
en Dios». El Pontífice subraya la grandeza de Rusia en muchos aspectos, citando «su
dimensión territorial, su larga historia, su magnífica espiritualidad y sus múltiples
expresiones artísticas». Luego, recordando las luces y sombras que han marcado su
historia, Benedicto XVI se refiere a las dramáticas vivencias de los pueblos rusos
a lo largo del milenio recién concluido. Y, en particular, a los «últimos cien años
de guerras, devastaciones y totalitarismos».
Capítulos desgarradores que se
arraigaban en la «negación violenta de Dios», añade el Papa, refiriéndose luego a
las esplendidas luces que vencieron las sombras que ensombrecieron el continente europeo.
«Son las luces de tantísimos mártires – católicos, ortodoxos y de creyentes otras
confesiones – que murieron bajo la opresión de feroces persecuciones».
Este
amor a Cristo hasta el martirio, que aúna a cristianos y ortodoxos, muestra la urgencia
de recomponer la unidad de los cristianos, recuerda Benedicto XVI, evocando asimismo
la apremiante invitación de Jesús, dirigida a sus discípulos en el Cenáculo. Aquella
que nos obliga a todos a buscar los caminos más indicados para eliminar las tensiones
existentes. Conjugando todo esfuerzo y, sobre todo, intensificando la oración por
la unidad en la única fe.
Benedicto XVI hace hincapié en que hacia esta meta
se están moviendo la Iglesia católica y la ortodoxa rusa. Pues, animados por el Espíritu
Santo, anhelamos construir una sociedad donde se defiendan y tutelen los valores de
la vida, de la dignidad humana y de la familia. El Papa concluye su mensaje poniendo
de relieve que «estando unidas, las Iglesias de Oriente y Occidente pueden decir de
forma eficaz una palabra nueva, en especial a Europa. Para que, fiel a su identidad,
este continente construya su futuro, sin rechazar sus propias raíces cristianas».