2008-04-10 17:54:53

Benedicto XVI llevará un mensaje de esperanza cristiana a la Asamblea de las Naciones Unidas, a los representantes de los pueblos del mundo y recordará que el mundo tiene más necesidad que nunca de esperanza: esperanza de paz, de justicia, de libertad


Jueves, 10 abr (RV).- «Jesucristo es la esperanza para los hombres y las mujeres de toda lengua, raza, cultura, y condición social». Benedicto XVI - mensajero de Cristo nuestra esperanza - anhela presentar este mensaje durante su octavo viaje internacional, del 15 al 20 de abril, que le llevará a Estados Unidos, en el que visitará la ONU y en el que se detendrá en oración ante la ‘zona cero’, en Nueva York.

Refiriéndose a este acto, el Director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede y de nuestra emisora, Padre Federico Lombardi, ha destacado que «el último día de esta visita del Papa, se abrirá con el evento quizá más emocionante del viaje. Cuando visitará la Zona Cero, encontrará a algunos supervivientes y familiares de las víctimas del 11 de septiembre».

El P. Lombardi hacía hincapié en que «será un evento simple e intenso, se prevé que dure una media hora y tendrá, obviamente un inmenso significado de carácter espiritual y simbólico».

En vísperas de este viaje apostólico, el Cardenal Secretario de Estado de Benedicto XVI ha concedido una entrevista a la televisión estadounidense FOX News. Entre los temas tratados, el cardenal Tarcisio Bertone ha respondido sobre la realidad de la Iglesia en Estados Unidos y la característica del papel de la religión en este país, con respecto a Europa:

«Considerando la gran historia religiosa de Estados Unidos, creo que el Papa ve un futuro seguro para la misma Iglesia a pesar de que, como en otras religiones, pueda conocer una crisis debido a la secularización y a los desafíos del mundo moderno. Pero el Papa ve la función y el papel de la fe y el de la ética. Naturalmente ello es más difícil en Europa, porque precisamente el problema del cimiento de las raíces cristianas de Europa, parece quedar anulado, casi rechazado por Europa... Entonces el Papa ve esta diferencia, aunque también a Europa lanza sus mensajes de compromiso y esperanza».

Benedicto XVI lleva el mensaje de la esperanza cristiana también a la gran Asamblea de las Naciones Unidas, a los representantes de los pueblos del mundo y recuerda que realmente, el mundo tiene más necesidad que nunca de esperanza: esperanza de paz, de justicia, de libertad, pero no podrá realizar esta esperanza sin obedecer a la ley de Dios, que Cristo ha llevado a término en el mandamiento de amarnos unos a otros:

«Será, ante todo - siguiendo las huellas de los Papas precedentes - un mensaje de reconocimiento del valor del papel de las Naciones Unidas. Además se conmemora el 60 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y por lo tanto el discurso del Papa se centrará en este tema y sobre todo sobre la unidad e indivisibilidad de los derechos humanos fundamentales, que se arraigan en la naturaleza del hombre creado a imagen de Dios. Las obligaciones de la Comunidad Internacional en favor de la tutela de los derechos son imprescindibles y el Papa hablará de las obligaciones de la Comunidad Internacional en la tutela de los derechos de los más débiles y no los de los más fuertes, visto que los más fuertes se tutelan solos. La Comunidad Internacional y por lo tanto el concierto de las Naciones Unidas, la ONU, debe tutelar los derechos de los más débiles. Ello está en línea con la subsidiariedad, la solidaridad y la cercanía a los pueblos que sufren por el hambre, la ignorancia, las enfermedades endémicas... Es un problema en el que la Iglesia está comprometida en primera línea con todas sus organizaciones humanitarias.

La Iglesia en Estados Unidos está absorbiendo todavía el choque del escándalo de los abusos sexuales. El Papa hablará de ello en su viaje:

«Ha sido un hecho doloroso que golpeó a la Iglesia y no solo a la Iglesia, diría a todas las instituciones. Quisiera subrayar - sin disminuir la gran aflicción, ante este problema específico afrontado por los Papas – recuerdo los encuentros con Juan Pablo II y con Benedicto XVI – que la grandísima mayoría de los sacerdotes, de los pastores de los educadores católicos en Estados Unidos han permanecido fieles y con una integridad moral incuestionable. También tenemos que recordarlo. Pero, aunque fueran unos pocos, se trata de algo gravísimo, porque representa una contradicción abierta con la vocación y la misión sobre todo de los sacerdotes. Ello hirió a la Iglesia católica en los Estados Unidos y a la Iglesia católica en todo el mundo. El Papa hablará de ello, en particular en la catedral de San Patricio, en su discurso a los sacerdotes, el sábado 19 de abril. Naturalmente, el Papa busca, junto con los pastores de la Iglesia, los caminos de la sanación y de la reconciliación. Es con esta intención que el Papa exhortará a todos a participar de forma firme y con una purificación - una purificación de la vida - a un compromiso para construir una cultura de integridad moral, de justicia, de confianza reciproca, sobre todo en ámbito educativo».








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