Videomensaje del Papa a los EE.UU. con motivo de su próximo viaje: “El mundo tiene
necesidad más que nunca de esperanza: esperanza de paz, de justicia, de libertad.
Pero no se podrá realizar esta esperanza, si no se obedecen las leyes de Dios”
Martes, 8 abr (RV).- Benedicto XVI ha enviado un videomensaje a los Estados Unidos
de América, con motivo de su próximo viaje apostólico a este país, del 15 al 20 de
este mes de abril. El Papa antes de partir tiene el deseo de hacer llegar a todos
los fieles católicos estadounidenses un cordial saludo y una invitación a la oración.
El Pontífice explícitamente recuerda que su visita tocará solamente dos ciudades:
Washington y Nueva York, pero con ella entiende abrazar espiritualmente a todos los
católicos que viven en Estados Unidos.
“Al mismo tiempo, deseo vivamente que
mi llegada entre vosotros sea acogida como expresión de fraternidad hacia cualquier
comunidad eclesial y como testimonio de amistad hacia todos los creyentes y los hombres
y mujeres de buena voluntad”.
El Santo Padre en su mensaje da las gracias a
todas las personas que desde hace tiempo están trabajando, ya sea en el ámbito eclesial
como civil, para preparar su viaje. “Mi pensamiento está con vosotros que estáis abriéndome
el camino con la oración, es decir, de la manera más importante”, señala el Papa.
“Os lo agradezco profundamente porque estoy convencido que sin la fuerza de la oración,
sin la íntima unión con el Señor, de bien poco servirían nuestras iniciativas humanas.
Es Dios quien nos salva a nosotros, al mundo y a la historia. Él es el Pastor de su
pueblo, y yo vengo, enviado por Jesucristo a traer su palabra de vida.
“Junto
a vuestros obispos, he elegido como tema de mi viaje tres simples pero esenciales
palabras: “Cristo nuestra esperanza”. Tras las huellas de mis venerados predecesores,
Pablo VI y Juan Pablo II, por primera vez vendré a los EE.UU. de América como Pontífice,
trayendo conmigo esta gran verdad: Jesucristo es la esperanza para los hombres y las
mujeres de todas las lenguas, razas, culturas y condición social.
“Sí, Cristo
es el rostro de Dios aparecido entre nosotros. Gracias a Él nuestra vida encuentra
su plenitud y juntos podemos formar una familia de personas y de pueblos que viven
en fraternidad, según el perenne diseño de Dios Padre”. El Santo Padre está convencido
de que este mensaje evangélico está bien enraizado en este país y dice que viene a
compartirlo con ellos en las distintas celebraciones y en los distintos encuentros.
Traeré
el mensaje de la esperanza cristiana también a la gran Asamblea de las Naciones Unidas,
a los representantes de los pueblos del mundo. El mundo, de hecho, tiene necesidad
más que nunca de esperanza: esperanza de paz, de justicia, de libertad.
“Pero
no se podrá realizar esta esperanza -señala Benedicto XVI- si no se obedecen las
leyes de Dios, que Cristo ha llevado a cabo en el mandamiento de “amarnos los unos
a los otros”. “Haced a los demás lo que queréis que os hagan a vosotros; no hagáis
aquello que no os gustaría que os hicieran”. Esta regla de oro –dice el Pontífice-
se encuentra en la Biblia pero vale para todos, incluso para los no creyentes.
Es
la ley escrita en la conciencia humana y en ella todos podemos entendernos, en un
encuentro positivo y constructivo de toda la comunidad humana por encima de las diferencias.
Luego, el Santo Padre ha dirigido también unas palabras en español.
Dirijo
un cordial saludo a los católicos de lengua española y les manifiesto mi cercanía
espiritual, en particular a los jóvenes, a los enfermos, a los ancianos y a los que
pasan por dificultades o se sienten más necesitados. Les expreso mi vivo deseo de
poder estar pronto con ustedes en esa querida Nación. Mientras tanto, les aliento
a orar intensamente por los frutos pastorales de mi inminente Viaje Apostólico y a
mantener en alto la llama de la esperanza en Cristo Resucitado.
El Papa
se despide expresando su deseo de llegar pronto y estar con “todas las personas y
amigos que viven en los Estados Unidos”. “Pensad que mi itinerario será breve y limitado
-dice- pero mi corazón está cerca de todos, de manera especial con los enfermos, los
niños y las personas abandonadas.