El Día Mundial de la Salud llama la atención sobre la protección de la salud de la
población frente al cambio climático
Lunes, 7 abr (RV).- El Día Mundial de la Salud que hoy se celebra en todo el mundo,
coincide con el 60 aniversario del nacimiento de la Organización Mundial de la Salud
(OMS), y en esta ocasión, el organismo de Naciones Unidas ha querido llamar la atención
sobre la protección de la salud de la población frente al cambio climático, un tema
que ha ganado un puesto clave en la agenda internacional y que retoma el espíritu
solidario con el que nació, la OMS en 1948, para preservar la paz y la seguridad
mundial.
En el Día Mundial de la Salud 2008, comunidades y organizaciones de
todo el mundo han desarrollado actividades diversas para despertar la conciencia colectiva
sobre las consecuencias que para la salud de la población del mundo va a tener el
cambio climático y para mostrar el impacto de la creciente interdependencia que existe
entre estas dos áreas en la decisiones y políticas nacionales e internacionales.
Precisamente,
sobre el tema del cambio climático tuvo lugar un seminario internacional el pasado
año en el que participó el presidente del Consejo Pontificio Justicia y Paz, cardenal
Renato Martino, quien al presentar las conclusiones de este encuentro que reunió en
Vaticano a casi un centenar de estudiosos y expertos de veinte países de los cinco
continentes, señaló que “también en la consideración de los problemas relativos al
cambio climático habrá que recurrir a la Doctrina Social de la Iglesia, que no avala
ni la absolutización de la naturaleza, ni su reducción a mero instrumento”.
Según
el cardenal Martino, “la naturaleza no es un absoluto sino una riqueza depositada
en las manos responsables y prudentes del hombre” y esto significa también que “el
hombre tiene una indiscutida superioridad sobre la creación y, en virtud de ser persona
dotada de un alma, no puede ser equiparado a los demás seres vivos, ni mucho menos
considerado elemento de perturbación del equilibrio ecológico naturalista”.
Ahora
bien, en este contexto, “el hombre no tiene un derecho absoluto sobre ella, aunque
sí un mandato de conservación y desarrollo en una lógica de destino universal de los
bienes de la tierra, que es uno de los principios fundamentales de la Doctrina Social
de la Iglesia, principio que hay que compaginar sobre todo con la opción preferencial
por los pobres y por el desarrollo de los países pobres”.
En estos mismos términos
se expresó el Santo Padre Benedicto XVI en su mensaje dirigido a los participantes
en el VII Simposio sobre “Religión, ciencia y medio ambiente”. La conservación del
medio ambiente, la promoción del desarrollo sostenible y la atención particular al
cambio climático “son cuestiones que preocupan mucho a toda la familia humana”, señaló
el Papa, recordando que “ninguna nación o sector comercial puede ignorar las implicaciones
éticas presentes en todo desarrollo económico y social. La investigación científica
demuestra cada vez con más claridad que el impacto de la actividad humana en cualquier
lugar o región puede tener efectos sobre todo el mundo. Las consecuencias del descuido
del medio ambiente no se limitan a la región inmediata o a un pueblo, porque dañan
siempre la convivencia humana, y así traicionan la dignidad humana y violan los derechos
de los ciudadanos, que desean vivir en un ambiente seguro (cf. ib., nn. 8-9)”.