Escuchar el programa Viernes, 4 abr
(RV).- En estas reflexiones de familia, hablaremos de los cambios que todos tenemos
con el tiempo, con las actividades del día a día, los cambios personales y los de
nuestros familiares y amigos, aquellos con quienes crecimos, todos cambiamos, y muchas
veces nuestros rumbos se realizan en caminos insospechados. Pero hay una gran realidad,
los cambios se producen sólo cuando estamos listos para hacerlo. Todos los procesos
de cambio son individuales y sólo podemos hacerlos a través de nuestra conciencia,
voluntad, compromiso y trabajo personal.
Es preciso recordar que no somos
perfectos, pero, si queremos mejorar nuestro estilo de vida, debemos comenzar por
asumir la responsabilidad del proceso, cambiar algunas de nuestras creencias, de nuestras
actitudes y hasta la forma de interpretar y afrontar la vida. Si nos seguimos repitiendo,
tendremos más de lo mismo, con el agravante de sentirnos cansados y debilitados para
asumir el compromiso de hacer el trabajo necesario para lograr nuestro cambio.
Cuando una situación se presenta varias veces en nuestra vida, debemos preguntarnos:
¿qué tenemos que aprender de esto?, en lugar de buscar culpables para justificar nuestros
errores y nuestra actuación equivocada. Recordemos que una decisión puede cambiar
totalmente nuestra vida, por eso es importante no tomarla mientras estamos afectados,
porque seguramente lo haremos impulsados por un estado emocional alterado y no por
el análisis objetivo de la situación que enfrentamos.
Mantener la calma
en los momentos precisos de tomar decisiones nos ayudará a reconocer en nosotros las
creencias, las actitudes, los argumentos, las justificaciones y el comportamiento
que seguramente genera y sostiene esa situación difícil en nuestra vida. El cambio
verdadero comienza en el interior de cada uno de nosotros, y si bien podemos animarnos
-y apoyarnos- a lograrlo, tendremos que hacer el esfuerzo de vencernos a nosotros
mismos para conseguirlo.
Para cambiar es necesaria una auto-observación,
es decir observarnos y escucharnos nos ayudará sin duda a reconocer aquellos aspectos
de la personalidad o el comportamiento que debemos cambiar. Pero para cambiar, también
es preciso que reconozcamos el problema o la situación real que queremos cambiar,
ello nos permitirá asumir la responsabilidad personal de producir y buscar ese cambio.
No hay que olvidar que la vida de muchas personas está llena de decisiones
que tomaron en momentos de crisis, pero que, por falta de un verdadero compromiso,
nunca se convirtieron en acción. Asumamos el compromiso de hacer cuanto sea necesario
para transformar nuestra manera de actuar, y ello implica aceptar el miedo, los riesgos,
las consecuencias que traen los cambios, que no siempre son negativas.
Los
cambios se producen sólo cuando estamos preparados, cuando estamos seguros y confiados
de que somos capaces de cambiar sea una actitud o un comportamiento. Pero atención,
no basta con creer y tener las ideas de cambio, hay que actuar y en muchas ocasiones
incluso hay que pedir ayuda, pues apoyarnos en la familia o en otras personas es importante
y nos hace mucho más fácil el proceso.
Para muchas personas cambiar es
sinónimo de sufrimiento. En lugar de pensar en todos los supuestos obstáculos que
enfrentaremos, deberíamos imaginar todo lo bueno y lo positivo que nos traerá, de
manera que estemos más dispuestos a disfrutarlo y aprovecharlo.