Benedicto XVI celebra mañana su audiencia general en el Vaticano y el 2 de abril - III aniversario de la muerte del Siervo de Dios Juan Pablo II – la Santa Misa que coincide con el I Congreso Mundial de la Divina Misericordia

Martes 25, mar (RV).- Mañana, tendrá lugar la acostumbrada audiencia general, de Benedicto XVI, que según lo previsto, será en el Vaticano. Mientras, hoy, por mandato del Santo Padre, el Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias, Mons. Guido Marini, ha firmado la notificación de la Capilla Papal que Benedicto XVI presidirá el próximo miércoles 2 de abril, tercer aniversario de la muerte del Siervo de Dios Juan Pablo II.

Esta celebración coincidirá con la solemne inauguración del I Congreso Apostólico Mundial de la Misericordia, como anunció el cardenal Christoph Schönborn, Arzobispo de Viena, en la Oficina de Prensa de la Santa Sede - el pasado mes de enero - poniendo de relieve que este «gran e inolvidable Papa se sintió fascinado, desde su juventud, por el secreto de la Divina Misericordia».

Este Encuentro Mundial, que se celebrará en Roma hasta el 6 de abril, se propone demostrar que «la misericordia es el núcleo central del mensaje cristiano. Mensaje que promueve la paz en el mundo, entre los pueblos y las religiones y que ayuda a descubrir el verdadero rostro de Dios, así como el verdadero rostro del hombre y el de la Iglesia», subrayó el también Cardenal Arzobispo de Viena, que será el Presidente del mismo Congreso.

El purpurado recordó que durante la inauguración del «impresionante santuario de la Divina Misericordia» - el año 2002 en Lagiewniki, Cracovia - Juan Pablo II destacó que «fuera de la misericordia de Dios, no hay otra fuente de esperanza para la humanidad». Allí, en Lagiewniki, vivió la religiosa y mística polaca, Faustina Kowalska, que había sido canonizada el 30 de abril del Año Santo del 2000, por el mismo Papa Juan Pablo II, estableciendo que el segundo domingo de Pascua se celebrara la fiesta de la Divina Misericordia.

Y, en este contexto, el cardenal Schönborn puso de relieve que «para muchos creyentes es un ‘signo especial’ el hecho que Juan Pablo II muriera la vigilia del Domingo de la Misericordia’, celebración que él mismo había introducido. Pues, según el reglamento litúrgico de la Iglesia las festividades empiezan, precisamente, en la vigilia y ello hace que este ‘signo’ sea más claro aún».