Audiencia general: el Papa expresa su tristeza y dolor ante el sufrimiento de tantas
personas en Tíbet y hace un apremiante llamamiento contra la violencia y en favor
del diálogo y de la tolerancia
Miércoles, 19 mar (RV).- En su catequesis Benedicto XVI ha invitado a «rezar por las
situaciones que afligen a la humanidad y anunciar la gran esperanza: ¡Cristo crucificado
ha resucitado y ha vencido al mundo!»
«Sigo con gran trepidación las noticias
que, en estos días, llegan de Tíbet. Mi corazón de Padre siente tristeza y dolor ante
el sufrimiento de tantas personas. El misterio de la pasión y muerte de Jesús, que
revivimos en esta Semana Santa, nos ayuda a ser particularmente sensibles con su situación.
Con la violencia no se resuelven los problemas, sino que, más aun, se agravan. Os
invito a uniros a mí en la oración ¡Pidamos a Dios omnipotente - fuente de luz –
que ilumine las mentes de todos y dé a cada uno la valentía de elegir el camino del
diálogo y de la tolerancia!»
Con este apremiante llamamiento, acogido con un
gran aplauso lleno de conmoción, Benedicto XVI ha manifestado su profunda preocupación
ante las informaciones que llegan sobre el sufrimiento de tantas personas en Tíbet.
En el momento dedicado a la oración, de su audiencia general de este miércoles, el
Papa ha invitado a rezar con él para que la violencia deje su lugar al diálogo.
Esta
semana, la audiencia general de Benedicto XVI ha tenido un matiz especial al coincidir
con la víspera del Triduo Pascual y con el congreso internacional UNIV 2008, cita
anual impulsada por el Opus Dei que reúne en Roma a numerosos universitarios para
celebrar la Semana Santa con el Papa.
Por lo tanto, el encuentro del Santo
Padre con miles de fieles procedentes de numerosos países se ha desarrollado en dos
momentos. El primero, en la Basílica de San Pedro y, el segundo, en el Aula Pablo
VI. Aquí, Benedicto XVI ha dedicado su catequesis de este Miércoles Santo a los ritos
del Triduo Pascual que culminan con la Resurrección de Cristo, que venciendo al mundo
nos impulsa a «caminar desde Él, para construir un mundo de paz, justicia y amor»,
recordando - también hoy - que «las divisiones y la violencia nunca tienen la última
palabra»:
«Presentemos en nuestra oración los dramáticos hechos y situaciones
que, en estos días, afligen a tantos hermanos nuestros en todo el mundo. Sabemos que
el odio, las divisiones y las violencias nunca tienen la última palabra en los eventos
de la historia. Estos días reanimemos en nosotros la gran esperanza: Cristo crucificado
ha resucitado y ha vencido al mundo. El amor es más fuerte que el odio, ha vencido
y debemos asociarnos a esta victoria del amor. Debemos caminar desde Él y trabajar
en comunión con Cristo por un mundo fundado sobre la paz, la justicia y el amor».
Como
es tradicional, el Santo Padre ha resumido su catequesis en varias lenguas, éstas
han sido sus palabras y saludos a los peregrinos de lengua española:
Queridos
hermanos y hermanas:
Con el Triduo Pascual conmemoramos
el evento central de nuestra Redención, preparándonos para las fiestas de Pascua. Mañana,
Jueves Santo, la Iglesia hace memoria de la Última Cena. En ella el Señor instituyó
los Sacramentos de la Eucaristía y del Sacerdocio ministerial y nos dejó el mandamiento
nuevo del amor fraterno. El gesto del lavatorio nos invita a vivirlo como servicio.
Concluye el día con vigilias de adoración eucarística, para revivir íntimamente la
agonía de Jesús en Getsemaní. El Viernes Santo la Iglesia acompaña a Jesús
en su pasión y muerte, y medita el misterio de mal y del pecado que oprime a la humanidad,
orando por las intenciones de la Iglesia, adorando la Cruz y comulgando. También se
realizan actos de piedad popular como procesiones, representaciones sagradas y el
Vía Crucis. El Sábado Santo se caracteriza por un gran silencio. Mientras
los creyentes esperan la resurrección del Señor, perseveran rezando con María. Este
día desemboca en la Vigilia Pascual, que introduce en el domingo más importante de
la historia, el de la Pascua de Cristo. El cirio encendido en medio de la noche es
símbolo de Cristo que resucita glorioso.
Saludo
a los peregrinos de lengua española. En estos días santos podéis profundizar en el
sentido de vuestra vocación cristiana, rezar por las situaciones que afligen a la
humanidad y anunciar la gran esperanza: ¡Cristo crucificado ha resucitado y ha vencido
al mundo! Felices Pascuas.
Como decíamos, en la Basílica de San Pedro,
Benedicto XVI se ha dirigido a los numerosos chicos y chicas que están participando
en estos días en el UNIV 2008, dedicado este año al tema «Ser, aparecer, comunicar:
entretenimiento y felicidad en la sociedad multimedia». El Papa los ha exhortado a
ser «levadura de esperanza en este mundo que anhela encontrar a Jesús, algunas veces
sin darse cuenta». Hablando en inglés, español e italiano, el Santo Padre ha hecho
hincapié en la importancia y responsabilidad de testimoniar a Cristo sin conformarse
a las modas del momento y del mundo:
Vosotros
sabéis que con un serio compromiso personal, inspirado en los valores evangélicos,
es posible responder adecuadamente a los grandes interrogantes del tiempo presente.
El cristiano sabe que hay un nexo inseparable entre verdad, ética y responsabilidad.
Toda expresión cultural auténtica contribuye a formar la conciencia y estimula a la
persona a superarse a si misma a fin de que pueda mejorar la sociedad. Uno se siente
así responsable ante la verdad, al servicio de la cual ha de ponerse la propia libertad
personal. Se trata ciertamente de una misión comprometida y para realizarla el cristiano
está llamado a seguir a Jesús, cultivando una intensa amistad con Él a través de la
oración y de la contemplación. Ser amigos de Cristo y dar testimonio de Él allí donde
nos encontremos exige, además, el esfuerzo de ir contracorriente, recordando las palabras
del Señor: estáis en el mundo pero no sois del mundo (cf. Jn 15,19). No tengáis, por
tanto, miedo, cuando sea necesario, de ser inconformistas en la universidad, en el
colegio y en todas partes.