2008-03-08 17:40:52

El Papa advierte contra los condicionamientos de la secularización, que conducen a la negación de Dios, y que desde hace tiempo también han penetrado dentro de la Iglesia


Sábado, 8 mar (RV).- La secularización, con sus condicionantes llevan hasta la negación de Dios, y ha penetrado, “desde hace tiempo”, también en el interior de la Iglesia. Así lo ha afirmado el Papa en su discurso a los participantes en la Plenaria del Pontificio Consejo de la Cultura.

Para vencer el desafío de la secularización es menester dirigirse hacia “los valores altos de la existencia” y sobre el diálogo respetuoso entre ciencia y fe. Así se lo ha manifestado Benedicto XVI, en su discurso, a los participantes en la Asamblea Plenaria del Pontificio Consejo de la Cultura, a quienes ha recibido en la Sala Clementina del Vaticano.

Con los teólogos y los docentes de la plenaria de la Cultura, el Santo Padre ha vuelto a estigmatizar aquella “soberbia de la razón” que está a la base de una manera muy difundida actualmente, en la forma de entender la existencia. Se trata de una “amenaza” – ha constatado con alarma – que no solamente daña a los creyentes inmersos en el mundo, también en el interior de la Iglesia: “Degrada en su interior y en profundidad la fe cristiana y, en consecuencia, el estilo de vida y el comportamiento cotidiano de los creyentes. Estos viven en el mundo y muchas veces son marcados, incluso condicionados, por la cultura de la imagen que impone modelos e impulsos contradictorios, en la negación práctica de Dios: no hay necesidad de Dios, de pensar en Él y de volver a Él. Además, la mentalidad hedonista y consumista predominante favorece, en los fieles como en los pastores, una deriva hacia la superficialidad y un egocentrismo que perjudica a la vida eclesial”

En este contexto cultural, ha observado Benedicto XVI, “existe el riesgo de caer en la atrofia espiritual y en un vacío de corazón, caracterizados por formas tal vez subrogadas de pertenencia religiosa y de un vago espiritualismo”. Y por lo tanto: “Urge reaccionar ante esta deriva mediante la llamada a los valores altos de la existencia, que dan sentido a la vida y pueden colmar la inquietud del corazón humano en la búsqueda de la felicidad: la dignidad de la persona humana y la de su libertad, la igualdad entre todos los hombres, el sentido de la vida y de muerte y de aquello que nos espera después de al conclusión de la existencia terrena”.

Recordando la idea básica que llevó a Juan Pablo II a instituir el dicasterio vaticano de la cultura – precisamente para “encontrar” sobre este terreno las instancias del hombre contemporáneo – Benedicto XVI ha repetido la necesidad de reforzar de manera “fecunda” el diálogo entre ciencia y fe, de manera que se pueda desenmascarar en cierto sentido las pretensiones de aquella razón que “se retiene suficiente en si misma”. El “encuentro con las culturas” y el diálogo ciencia-fe, ha afirmado el Papa: “Es un confronto tan esperado por al Iglesia, pero también por la comunidad científica, y os animo a proseguirlo. Este diálogo continúa en la distinción de las características específicas de la ciencia y de la fe; las dos están llamadas a servir al hombre y a la humanidad, favoreciendo el desarrollo y el crecimiento integral de cada uno y de todos”.








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