Audiencia general: el Papa XVI dedica su catequesis a ilustrar la figura de san León
Magno, un gran promotor del primado romano que fomentó, como auténtico Sucesor de
Pedro, la comunión con las diversas Iglesias
Miércoles, 5 mar (RV).- Benedicto XVI ha dedicado esta mañana la catequesis de la
Audiencia General para ilustrar la figura de san León Magno, el primer obispo de Roma
del que nos han llegado los textos de su predicación. Y de unos de sus bellísimo sermones,
el Santo Padre ha recordado el primado romano de Pedro. “El primado de comunión del
Papa está al servicio de la verdad y de la caridad y al servicio de la comunión entre
las distintas iglesias”.
“El primado de comunión del Papa está al servicio
de la verdad y de la caridad y al servicio de la comunión entre las distintas iglesias”.
“La liturgia cristiana no es el recuerdo de los acontecimientos del pasado, sino la
actuación de realidades invisibles que obran en la vida de cada uno de nosotros”.
Son dos pasajes de la catequesis de Benedicto XVI ilustrando hoy la figura del Papa
san León Magno. Como en otras ocasiones, la tradicional Audiencia General de los miércoles
se ha desarrollado en dos fases, dada la numerosa presencia de peregrinos y el mal
tiempo. Según cálculos de la Prefectura de la Casa Pontificia han participado en la
audiencia más de 16 mil personas.
El Papa ha encontrado a un primer grupo
en la Basílica de San Pedro, antes de proseguir la Audiencia General en el Aula Pablo
VI. En esta primera parte en la basílica, el Santo Padre ha rezado el padrenuestro
con los peregrinos y les ha impartido la bendición apostólica. A un grupo de jóvenes
estudiantes, el Pontífice les ha invitado a “vivir el tiempo de la escuela como ocasión
propicia para una auténtica formación integral”.
Ya en el aula Pablo VI, el
Santo Padre ha insistido en la gran figura del Papa León, que detuvo a Atila a las
puertas de Roma aunque no lograra frenar el avance de los vándalos. San León fue un
Papa “teólogo y pastor al servicio de la comunión y promotor incansable del primado
romano, mostrándose auténtico heredero del apostolado de Pedro”. Examinado la acción
del Papa León Magno, Benedicto XVI ha establecido también una conexión entre el primado
y la controversia cristológica que desembocó en el Concilio de Calcedonia.
Citando
al Papa León, el Santo Padre ha recordado que “a un sólo apóstol es confiado aquello
que a todos los apóstoles es comunicado”. “En base a esta fe cristológica, León -ha
dicho el Papa- fue un gran portador de paz y de amor en la fe y en la caridad” y ha
rezado para poder “realizar esta fe cada día en la acción de la paz y del amor al
prójimo.
Este ha sido el resumen que de su catequesis ha hecho el santo Padre
en español para los peregrinos de nuestra lengua presentes en la audiencia:
Queridos
hermanos y hermanas: Hoy nos centramos en la figura de San León Magno, Doctor
de la Iglesia y el primer Papa del que nos han llegado sus predicaciones al pueblo
de Roma durante las celebraciones, lo que nos hace pensar en encuentros como éste
de hoy. Su Pontificado duró veinte años, en los que se vio obligado a intervenir primero
ante Atila, para detener la invasión de Italia, y, después, ante Genserico, para evitar
el incendio de Roma y la destrucción de sus Basílicas.
San
León se mostró siempre solícito pastor, vinculando la liturgia a la vida cotidiana
de los cristianos, a los que enseñaba que las celebraciones no son meros recuerdos
del pasado, sino actualización de los misterios de Cristo, que entran en la vida de
cada uno. Fue también gran promotor del primado romano, fomentando, como auténtico
Sucesor de Pedro, la comunión con las diversas Iglesias e interviniendo decisivamente
en el Concilio de Calcedonia, donde se afirmó la unicidad de la Persona de Cristo,
sin confusión y sin separación de la naturaleza humana y divina.
Saludo
a los peregrinos venidos España y Latinoamérica, en particular a los seminaristas
de Santiago de Compostela. Invito a todos a profundizar en el misterio de la Encarnación,
que, como decía San León Magno, significa que el Señor no es extraño al género humano,
sino al pecado”; ha venido en ayuda de nuestra debilidad y en el encuentro con Él
está la mayor alegría de nuestra vida. Muchas gracias.
Benedicto
XVI ha finalizado la audiencia en el aula Pablo VI saludando a los enfermos y a los
recién casados. Queridos enfermos, sed siempre sabedores que contribuís de manera
misteriosa a la construcción del Reino de Dios, ofreciendo generosamente vuestros
sufrimientos al Padre celestial en unión a aquella de Cristo. A vosotros, queridos
recién casados, sabed edificar cotidianamente vuestra familia en la escucha de Dios,
con recíproco amor fiel y en la acogida de los más necesitados, siguiendo el ejemplo
de la Sagrada Familia de Nazaret.