Escuchar el programa Viernes, 15 feb
(RV).- Hoy, en estas reflexiones retomaremos algunos comentarios de investigadores
y teólogos que participaron en el Congreso sobre “Mujer y varón, la totalidad de lo
humano”, que se celebro en Roma el pasado fin de semana.
Las mujeres han
contribuido a fomentar el consumismo que las cosifica, y esto es resultado del pecado
original, afirmó Helen Alvare, portavoz sobre cuestiones relativas a la vida humana
de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos y además profesora de la Universidad
Católica de América en Washington.
Alvare, refiriéndose a esa imagen consumista
y de objeto que se tiene sobre la mujer, señaló que justamente en medio de ese ambiente
de consumismo desenfrenado en el que viven nuestros pueblos, “era casi inevitable
que los seres humanos se convirtieran en el último producto de consumo --explicó Alvare--.
La belleza física de las mujeres y su complementariedad sexual con los hombres, las
hacen especialmente deseables en una economía comercial”.
La investigadora
señalo algunas cifras del dinero que se gana con las imágenes sexualizadas de mujeres.
Se estima que como mínimo hoy la industria de la pornografía tiene un valor anual
de 60.000 millones de dólares. Además se calcula que la pornografía atrae al 40% de
todos los usuarios de Internet en Estados Unidos al menos una vez al mes, al 70% de
los usuarios de Internet varones entre 18 y 34 años, y a la mitad de todos los clientes
de hotel, explicó Alvare y subrayó que “el grado en el que las mujeres, individualmente
y a través de grupos organizados, han asumido su propia cosificación como artículos
de consumo es un aspecto especialmente preocupante de nuestra actual situación”.
De
otra parte, Blanca Castilla de Cortázar, teóloga española, y quien también participó
en el congreso sobre “Mujer y varón, la totalidad de lo humano” recordó la carta «Mulieris
Dignitatem», documento apostólico del Papa Juan Pablo II, señalando que es un documento
que no solamente habla de la mujer sino que se refiere a una antropología y a la teología.
“La
imagen de Dios no solamente se da en cada persona individual sino en el vivir para
cada uno, la relación en cuanto que te abre al amor y posibilita la comunión de personas
eso también forma no sólo parte de la imagen de Dios sino que es la plenitud de la
imagen”, señaló la teóloga española.
“Cuando dice que el hombre no puede
vivir solo sino en la unidad de los dos eso es algo que se ve con mucha claridad en
el matrimonio -recalcó Castilla –, pero que luego a lo largo de la historia y de la
construcción del mundo -y en la misma Iglesia- se realiza de modos muy diversos de
tal manera que la dualidad está presente siempre como fuente de fecundidad”.
Castilla
de Cortázar valorando el congreso antes de su conclusión, dijo que “hay otro punto
que hemos puesto estos días en común, y es que la Filosofía occidental está basada
en la prioridad de un uno monolítico diferenciado que no deja a lado el dos, por eso
cuando los hombres han hablado de las mujeres pues siempre las han sublimado, las
han subordinado, pero nunca es una diferencia al mismo nivel y luego cuando las mujeres
han querido desarrollar más su identidad las alternativas son o imitar o suplantar,
quitar al otro para poder ponerme yo, o anular la diferencia. Y eso en el fondo es
un déficit filosófico”. Finalmente, la teóloga subrayó que lo más terrible que
le puede pasar al hombre es tener una libertad sin tener un proyecto, sin tener un
sitio dónde ir, sin tener algo que realizar, entonces la dignidad humana que también
se manifiesta en el cuerpo que se manifiesta en la sexualidad -que se manifiesta en
ser varón y en ser mujer- no es un límite que se puede manipular con la libertad,
sino que es parte de algo que he recibido y realizándolo conforme a su dignidad es
como yo puedo alcanzar la felicidad.
Y obviamente, la felicidad, concluyó,
en el fondo es lo que todo el mundo ansía y que se consigue no pensando en uno mismo
sino pensando desinteresadamente: “tanto el varón como la mujer tienen un modo de
darse a los demás que es distinto y complementario, por eso también es fuente de atracción
y sobre todo de fecundidad”.