Benedicto XVI expresa su agradecimiento por los cien años de ecumenismo espiritual
que han cambiado radicalmente y han mejorado el diálogo entre las distintas confesiones
cristianas
Viernes, 25 ene (RV).- Benedicto XVI ha expresado su agradecimiento por los cien años
de ecumenismo espiritual que han cambiado radicalmente y han mejorado el diálogo entre
las distintas confesiones cristianas. Así lo ha expresado esta mañana el Papa en su
discurso al grupo mixto de trabajo formado por los miembros del Pontificio Consejo
para la unidad de los cristianos y del Consejo ecuménico de las Iglesias.
El
Papa ha hablado de la contribución al ecumenismo que ofrece la Semana de la oración
para la unidad de los cristianos que el mismo Benedicto XVI concluirá presidiendo
hoy por la tarde, a las 5 y media, las vísperas solemnes en la Basílica de san Pablo
Extramuros. El Santo Padre ya lo había subrayado durante la audiencia general del
miércoles y lo ha repetido hoy ante los expertos del dialogo interconfesional, insistiendo
en que “cuando los cristianos rezan juntos”, la meta de la unidad parece más cercana,
gracias a una presencia de Jesús que se hace más evidente por medio de señales concretas.
En
este sentido el Papa ha señalado que “una profunda armonía de la mente y del corazón:
estamos en grado de contemplar los hechos de una nueva forma y de reforzar nuestra
determinación para superar lo que nos separa”.
De esta certeza mana el agradecimiento
que Benedicto XVI ha expresado a tantas personas que en estos cien años “han intentado
difundir la práctica del ecumenismo espiritual a través de la oración común, la conversión
del corazón y el crecimiento en la comunión”. El Papa ha agradecido también la labor
del “movimiento ecuménico”, alimentado por la Semana de oración para la unidad de
los cristianos, así como la colaboración que desde hace 40 años llevan a cabo la Iglesia
católica y el Consejo Mundial de las Iglesias, “que ha ofrecido una expresión vivida
de la comunión ya existente entre los cristianos”.
“El grupo mixto, que nació
en 1965, ha trabajado asiduamente para reforzar el diálogo de la vida, que mi predecesor
Papa Juan Pablo II llamó el diálogo de la caridad”. “También nosotros – ha proseguido
el Pontífice- damos gracias por el diálogo ecuménico que ha producido abundantes frutos
el pasado siglo. La recepción de tales frutos es en sí un importante paso adelante
en el proceso de la promoción de la unidad de los cristianos, y el grupo mixto de
trabajo es particularmente apto para estudiar y dar impulso a este proceso”.