Cultura y humanismo: «Joven inmigrante, la Parroquia sale a tu encuentro»
Miércoles, 23 ene (RV): “¡Queridos jóvenes migrantes! Comprometeos a construir junto
a vuestros coetáneos, una sociedad más justa y fraterna, cumpliendo con vuestros deberes,
respetando las leyes y no dejando que la violencia os transporte. Os confío a todos
a María, Madre de la entera humanidad”. Con estas palabras el Papa Benedicto XVI alienta
a los jóvenes en su mensaje para la Jornada Mundial del Migrante y el Refugiado que
el pasado 20 de enero se celebró en todo el mundo. Esta celebración volvió a poner
ante nuestros ojos una realidad en la que se ven envueltas más de 190 millones de
personas en todo el mundo, además de los 24,5 millones de desplazados internos.
La
inmigración se ha convertido en un fenómeno humano complejo, con sus causas y consecuencias,
que necesita ser encauzado convenientemente a fin de posibilitar sus repercusiones
positivas y atenuar las negativas. Sólo en España, se ha pasado de poco más de tres
millones y medio de inmigrantes en 2006 a casi cinco millones en el año 2007, lo que
supone un aumento de un 20,2%. En este sentido los obispos españoles llamaron durante
la jornada celebrada el pasado domingo, a los gobiernos, las comunidades de origen
y de acogida, la sociedad civil, el sector privado, la Iglesia y también los propios
emigrantes, a implicarse para que la migración constituya un factor positivo en los
aspectos sociales, económicos, políticos y religiosos.
La Iglesia este año
quiso dedicar de forma especial esta jornada a los migrantes más jóvenes. En su mensaje
para la Jornada mundial de este año, el Papa describe su situación en los siguientes
términos: “Los jóvenes migrantes son particularmente sensibles a la problemática constituida
por la dificultad de doble pertenencia: por un lado, sienten vivamente la necesidad
de no perder la cultura de origen, mientras que, por el otro, surge en ellos el comprensible
deseo de insertarse orgánicamente en la sociedad que les acoge”.
Ante la situación
de los inmigrantes especialmente en nuestro país, y la problemática de los indocumentados
o “sin papeles”, los obispos españoles instaron a las parroquias y a las comunidades
cristianas a adoptar una postura activa para dar una respuesta en la medida de sus
posibilidades. La razón última ha de ser siempre no tanto la situación legal o jurídica,
sino la igual dignidad de toda persona y sus derechos fundamentales y el mandato del
Señor.
El lema elegido por la Comisión Episcopal de Migraciones para esta Jornada
Mundial del Migrante y del Refugiado, fue «Joven inmigrante, la Parroquia sale a tu
encuentro», está muy en consonancia con el mensaje del Papa: «Los jóvenes inmigrantes».
Con la acogida de los inmigrantes en las parroquias y el empeño especial de
estas en la atención a los más jóvenes, las comunidades cristianas se renuevan y se
enriquecen y aumenta en ellas el número de los agentes pastorales en campos como la
liturgia, la catequesis, la acción social y caritativa, y otros sectores de la pastoral.
Terminamos
con las palabras que el papa Benedicto XVI dirigió a los jóvenes inmigrantes en su
mensaje: «La Iglesia también os necesita y cuenta con vuestra aportación. Podéis desarrollar
una función providencial en el actual contexto de la evangelización. [...] Podéis
mostrar a todos que el Evangelio está vivo y es apropiado en cada situación; es un
mensaje antiguo y siempre nuevo; Palabra de esperanza y de Salvación para los hombres
de todas razas y culturas, de todas las edades y de todas las épocas».