Semana de oración para la unidad de los cristianos 2008: No ceséis de orar
Lunes, 21 ene (RV).- El pasado 18 de enero dio inicio la “Semana de oración para la
unidad de los cristianos 2008” con la que se señala el centenario del comienzo del
Octavario por la unidad de la Iglesia. Este cambio de terminología indica que la oración
por la unidad de los cristianos evolucionó a lo largo de los años.
“No ceséis
de orar” es el lema de este año en el que cómo señalábamos, se cumplen cien años desde
que el P. Paul Wattson, cofundador de la “Sociedad de la Expiación”, diera comienzo
a esta semana anual de oración por la unidad visible de la Iglesia. Desde entonces
y hasta el presente las diversas Iglesias y Comunidades eclesiales se han ido incorporando
a esta larga marcha de plegarias y oraciones por la recuperación de la unidad visible
perdida de la Iglesia, y la oración intensa y ferviente del Octavario es hoy patrimonio
de todas las confesiones cristianas.
El pasaje bíblico elegido para la celebración
del centenario de la Semana de oración para la unidad de los cristianos se extrae
de la Primera carta a los Tesalonicenses. El texto «no ceséis de orar» (1 Ts 5, 17)
destaca el papel esencial de la oración en la vida de la comunidad de los creyentes,
ya que da a sus miembros el profundizar en su relación con Cristo y con los otros.
Este paso forma parte de una serie de «imperativos», de las declaraciones por las
cuales Pablo anima a la comunidad a vivir de la unidad que Dios nos da en Cristo,
a ser en la práctica lo que está en el principio: el único cuerpo de Cristo, visiblemente
unido en este lugar.
La Carta a los Tesalonicenses, que data del año 50 ó 51
después de Jesucristo y es considerada por la mayoría de los exegetas como la más
antigua carta de Pablo, nos revela el vínculo muy fuerte que une a este último con
la comunidad cristiana de Tesalónica. Uno de los objetivos principales de Pablo era
edificar esta comunidad en la unidad. Es interesante tener en cuenta que Pablo no
da ninguna enseñanza teológica abstracta, invita más bien a comportamientos concretos
a través de los cuales los miembros de la comunidad revelan su compromiso y la responsabilidad
que tienen los unos hacia otros en el único cuerpo de Cristo.
En este sentido
los obispos españoles, a través de un comunicado firmado el 8 de diciembre, Solemnidad
de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, invitan a orar a cada cristiano, porque
su oración “es el alimento del avance hacia la unidad visible”. Precisamente, como
ellos mismos recuerdan, fue este convencimiento el que inspiró la introducción del
Octavario por la unidad que, cien años después, se ha convertido en una práctica puntual
en cada mes de enero, año tras año.
“No podemos olvidar –recuerdan los signatarios
obispos de Almería, Vic, Tuy-Vigo y el arzobispo de Mérida-Badajoz- que esta oración
incesante y sostenida ha salvado situaciones de dificultad cuando el desaliento ha
cundido en la marcha del ecumenismo”. Durante esta semana de oración por la unidad
de los cristianos, todas comunidades cristianas están llamadas a orar por la unidad. A
todos, los obispos recuerdan que “la necesidad de orar sin desmayo es exhortación
y voluntad de Cristo, que a todos nos ha dado ejemplo supremo de comunión con Dios
su Padre en la oración que le sostenía en fidelidad a su misión, uniendo su voluntad
a la voluntad del Padre”. Así lo enseñó a sus discípulos entregándoles la oración
del Padrenuestro: “Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo” (Mt 6,10);
y con aquellas otras y definitivas palabras suyas con las que aceptó su pasión y cruz:
“Padre si es posible, pase de mí este cáliz, pero no se haga mi voluntad sino la tuya”
(Mc 14,36). Hemos de suplicar del Señor de la Iglesia su unidad visible y confiar
a su bondad y providencia la inspiración para hacer en cada momento aquello que convenga
al reino de Dios y su presencia en la Iglesia.