Benedicto XVI asegura su cercanía espiritual a los jóvenes que la comunidad de Taizé
ha convocado en Ginebra para el Encuentro del 28 de diciembre al 1 de enero de 2008
Martes, 18 dic (RV).- Benedicto XVI asegura su cercanía espiritual a los queridos
jóvenes que la comunidad de Taizé ha convocado en Ginebra, para el Encuentro que
tendrá lugar a partir del próximo 28 de diciembre y que culminará el 1 de enero de
2008. Refiriéndose a esta nueva etapa de la Peregrinación de la Confianza a través
de la Tierra - empezada en 1978 por el hermano Roger - el Papa ruega al Señor para
que «éste sea un tiempo de gracia y una fuerte experiencia eclesial».
«Acudiendo
a la cita con el pueblo de Dios que os acoge, tanto en los momentos de oración como
de encuentro, estáis invitados a abrir nuevos caminos de esperanza, afianzándoos en
la Palabra de Dios y en la intimidad de la vida en Cristo», se lee en el mensaje enviado
en nombre del Santo Padre por el Cardenal Secretario de Estado, Tarcisio Bertone.
El
mensaje pontificio recuerda luego que «sólo Cristo nos ofrece la clave de la verdadera
esperanza, de una esperanza que supera toda pequeña esperanza que podemos tener, porque
nos guía hacia el porvenir y hacia la felicidad eterna, hacia la cual caminamos cada
día, personalmente y como Iglesia».
Con el anhelo de que la confianza en Dios
pueda suscitar en los jóvenes la esperanza y ayudarles a «cambiar el mundo, afianzándose
en los valores evangélicos, en particular en el perdón - manifestación máxima del
amor» – el Santo Padre hace hincapié en que «si la paz es fruto de la justicia, lo
es aún más del perdón, que sella verdaderamente la reconciliación entre quienes estaban
divididos y les permite caminar juntos».
«Aceptando el perdón de Dios que se
nos da en el sacramento de la Reconciliación, también vosotros podréis ser artesanos
del perdón entre los hermanos y construir un mundo reconciliado», señala Benedicto
XVI en su mensaje, que termina encomendando a los queridos jóvenes que la comunidad
de Taizé ha convocado en Ginebra a «la intercesión de la Virgen María, Madre de los
creyentes, y de san Francisco de Sales, que fue apóstol ardiente y misericordioso
en la región de Ginebra».
El Santo Padre transmite, de todo corazón y con afecto
su bendición apostólica, también a los hermanos de Taizé y a todos los que han organizado
esta peregrinación, así como a los pastores y fieles que acogen a estos miles de
jóvenes y a sus familiares. Recordamos que en este Encuentro Europeo de Ginebra organizado
por la Comunidad de Taizé, con la colaboración de las Iglesias católica y protestantes,
participarán unos cuarenta mil jóvenes de Europa y de los demás continentes.