Ángelus: Benedicto XVI insta a no confundirse de camino en Navidad y evitar las culturas
que ponen la felicidad individual al puesto de Dios, buscando el placer y usando las
drogas como refugio en paraísos artificiales
Domingo, 16 dic (RV).- Un domingo más, en este tiempo de Adviento, el Santo Padre
Benedicto XVI ha instado a no confundirse de camino en Navidad y abrir el corazón
a la felicidad de Cristo. Ante una plaza de san Pedro abarrotada de fieles, el Papa
ha recordado que este tercer domingo de Adviento viene llamado domingo “gaudete”,
porque invita a los cristianos a alegrarse de la llegada del Señor.
“La felicidad
cristiana aumenta con esta certeza –ha señalado Benedicto XVI- Dios está cerca, está
conmigo, está con nosotros, en la felicidad y en el dolor, en la salud y en la enfermedad,
como amigo y esposo fiel”. Pero en este sentido el Papa ha repetido la pregunta que
muchos se hacen: “¿Es todavía hoy posible esta felicidad?”. “La respuesta –ha dicho
el Obispo de Roma- la dan con su vida hombres y mujeres de todas las edades y condiciones
sociales, felices de consagrar su experiencia a los demás. La Beata Madre Teresa de
Calcuta es un testigo de nuestro tiempo, un testimonio inolvidable de la verdadera
felicidad evangélica”.
Benedicto XVI ha señalado cómo el alma de la Madre Teresa
ha conocido la prueba de la noche oscura de la fe pero ha seguido ofreciendo a todos
la sonrisa de Dios, como ella misma escribió: “Nosotros esperamos con impaciencia
el paraíso, donde está Dios, pero está en nuestras manos estar en el paraíso desde
aquí abajo y desde este momento. Ser felices con Dios significa: amar como Él, ayudar
como Él, dar como Él, servir como Él” (La felicidad de darse a los demás, Ed. Paoline,
1987, p. 143).
“Sí, la felicidad entra en el corazón de quien se pone al servicio
de los más pequeños y pobres. En quien ama así, Dios se cobija, y el alma es feliz.
Si en cambio se hace de la felicidad un ídolo, se equivoca el camino y es realmente
difícil encontrar la felicidad de la que Jesús habla. Por desgracia –ha proseguido
el Papa- es esta la propuesta de las culturas que ponen la felicidad individual al
puesto de Dios, mentalidad que encuentra un efecto emblemático en la búsqueda del
placer a todo coste, difundiéndose el uso de las drogas como vía de escape, como refugio
en paraísos artificiales, que se revelan después simples ilusiones”.
Ante esta
perspectiva de equivocarse de camino en Navidad “no abriendo el corazón a la felicidad
de Cristo” Benedicto XVI ha pedido a la Virgen María que “ayude a todos los cristianos,
y a los hombres en busca de Dios, a llegar hasta Belén para encontrar al Niño que
ha nacido por nosotros, para la salvación y la felicidad de los hombres”.
Y
tras el rezo mariano del Ángelus y el responso por los fieles difuntos, el Santo Padre
ha dirigido un saludo especial a los niños y niñas de Roma presentes en la plaza de
san Pedro para recibir la bendición de los Niños Jesús que pondrán en sus pesebres
la noche del 24 de diciembre.
Al saludar a todos los presentes en varios idiomas,
en francés Benedicto XVI ha pedido que en este tiempo de Adviento se ruegue de manera
renovada por la paz en las partes del mundo en conflicto, para que todos nuestros
hermanos, en particular, los niños, puedan beneficiarse de la bendición de la paz,
de la cual tienen necesidad”. Y en español éstas han sido las palabras del Papa:
“Saludo con afecto
a los fieles de lengua española. Queridos hermanos: Siguiendo la invitación de la
liturgia de este domingo de adviento, os aliento a vivir con alegría la cercanía del
Señor, que viene a nuestro encuentro, para que, llenos de esperanza y confianza en
su amor, prosigáis vuestra preparación espiritual para la Navidad meditando la Palabra
divina, e intensificando la oración y las obras de caridad. ¡Feliz domingo!”.