2007-12-13 18:55:47

El trabajo pastoral en la preparación espiritual de los jóvenes al sacramento de la Confirmación y el tema de la esperanza en la época moderna, reflexiones del Papa para los jóvenes universitarios


Jueves, 13 dic (RV).- Esta tarde en la Basílica Vaticana, ha tenido lugar la tradicional cita del Papa con los universitarios romanos, en preparación de la Navidad. Dos reflexiones han centrado el discurso del Pontífice a los estudiantes: el trabajo pastoral emprendido por la Diócesis de Roma en la preparación espiritual de los jóvenes al sacramento de la Confirmación, y el tema de la esperanza en la época moderna, remitiéndose a su última encíclica Spe Salvi, “Salvados en la Esperanza".

El Santo Padre ha llegado a la Basílica de San Pedro hacia las seis y media de la tarde para dirigir un especial saludo a los estudiantes de las Universidades -estatales, privadas y Pontificias de Roma- que reunidos en la Basílica participaron en la celebración eucarística presidida por el cardenal vicario del Papa Camillo Ruini, en preparación para esta Navidad.

Tras saludar a los jóvenes, a los capellanes, rectores y otras autoridades religiosas presentes en la Basílica, el Papa ha dirigido un saludo especial a la delegación de jóvenes universitarios de Albania, quienes han entregado la imagen de la Virgen Maria Sedes Sapientiae a la delegación de estudiantes de Rumania, país por el cual peregrinará como portadora de paz y esperanza.

Dirigiéndose a los 150 estudiantes que recibirán el Sacramento de la Confirmación en la próxima vigilia de Pentecostés, el Papa los ha conminado a elevar su mirada a la Virgen María y que de su “sí” aprendan a pronunciar también ellos un “sí” a la llamada divina. “El Espíritu Santo -ha afirmado el Papa- entra en nuestra vida en la medida en que le abrimos el corazón con nuestro “sí”: mientras más pleno es el “sí”, más pleno es el don de su presencia.

Benedicto XVI al colocar como ejemplo que mientras más abiertas estén las ventanas de una habitación entra con más brillo y calidez la luz invadiendo cada espacio, María, es saludada por el ángel como “plena de Gracia” justamente porque su corazón y su vida están totalmente abiertas a Dios y por esto completamente invadida por su gracia. Por ello, el Papa ha invocado a la Virgen para que como Ella, los estudiantes digan su “sí” libre y pleno a Dios, para que puedan ser renovados, es más, transformados por la luz y la alegría del Espíritu Santo.

Más adelante, el Santo Padre entregó idealmente a los universitarios su nueva Encíclica “Spe salvi” introduciendo con este gesto su segunda reflexión, sobre la esperanza en la modernidad. Partiendo del gran cambio que a partir del siglo XVII se dio en Europa hacia una mentalidad según la cual el progreso humano es obra de la ciencia y de la técnica, y la fe fue relegada sólo a la salvación del alma, Benedicto XVI ha explicado que estas dos grandes ideas de fuerza de la modernidad -es decir la razón y la libertad-, se deshicieron de Dios para convertirse en autónomas y cooperar en la construcción del “reino del hombre” prácticamente contrapuesto a reino de Dios.

El Papa ha señalado que es ésta la razón por la que se difundió una concepción materialista, que fue alimentada por la esperanza de que cambiando las estructuras económicas y políticas, se puede dar vida a una sociedad justa, donde reine la paz, la libertad y la igualdad. “Este proceso -ha continuado el diciendo el Pontífice- que no está privado de valores y de razones históricas, contiene, sin embargo, un error de fondo: El hombre, de hecho, no es sólo producto de determinadas condiciones económicas o sociales; el progreso técnico, no coincide con el crecimiento moral de las personas, es más, sin principios éticos, la ciencia, la técnica y la política pueden ser usadas –como ha ocurrido y todavía lamentablemente ocurre- no para el bien sino para el mal de los individuos y de la humanidad”.

 Dejando a los jóvenes universitarios como tema de reflexión y discusión estas temáticas tan actuales, el Papa ha deseado que la luz de Cristo -invocada por intercesión de María, Estrella de la Esperanza, y de la Santa Virgen y mártir Lucia, de quien hoy hacemos memoria-, ilumine siempre el camino de sus vidas, y tras desearles una feliz Navidad, rica de gracia y de paz, el Papa les ha impartido su Bendición Apostólica.







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