Audiencia general: llamamiento de Benedicto XVI a la comunidad internacional y local
para pacificar Somalia, cada vez más afligida por la inseguridad social y por la pobreza
Miércoles, 21 nov (RV).- El Santo Padre ha reflexionado hoy en su catequesis de la
Audiencia General sobre el valor de “la humildad cristiana” hablando de San Afraates,
figura destacada de las Iglesias del siglo IV en Siria.
Además Benedicto XVI
sigue con trepidación la precaria situación que vive Somalia, y hace un llamamiento,
durante la Audiencia General, para que se encuentre una solución pacífica para la
afligida población de este país africano.
Benedicto XVI, preocupado por la
grave situación humanitaria que están viviendo miles de personas en Somalia, ha hecho
un llamamiento a la comunidad internacional y local para que se encuentre una solución
pacífica que lleve el consuelo a estas poblaciones. Oigamos al Santo Padre al final
de la Audiencia General esta mañana en la plaza de san Pedro.
“Nos llegan noticias
dolorosas ante la precaria situación humanitaria de Somalia, especialmente en Mogadiscio,
cada vez más afligida por la inseguridad social y por la pobreza. Sigo con trepidación
el acontecer de los eventos y hago un llamamiento a todos los que tienen responsabilidades
políticas, a nivel local e internacional, para que se encuentren soluciones pacíficas
y llegue el consuelo a aquella querida población. Animo, además, los esfuerzos de
las personas, que a pesar de la inseguridad y la pobreza, permanecen en aquella región
para llevar ayuda y alivio a los habitantes”.
El Papa ha dedicado su habitual
catequesis de los miércoles para reflexionar hoy sobre “la humildad” hablando de San
Afraates, figura destacada de las Iglesias cristianas en Siria durante el siglo IV,
quien decía que "la humildad no es un valor negativo" y que "permaneciendo humilde,
el cristiano puede entrar en relación con el Señor".
Ante la presencia de
más de 13 mil peregrinos llegados de todo el mundo, el Santo Padre ha recordado que
estas comunidades cristianas sirias “representan el mundo semítico en el cual nació
la misma Biblia”, y son “expresión de un cristianismo cuya formulación teológica no
había entrado en contacto aún con otras corrientes culturales”. Eran Iglesias en las
que “el ascetismo, bajo distintas formas eremitas, y el monaquismo, bajo formas de
vida comunitaria, ejercitaban un papel de vital importancia en el desarrollo del pensamiento
teológico y espiritual”.
Afraates, originario de la región de Nínive-Mosul
dirigió un monasterio y fue después obispo. Hablaba en lengua siria y escribió 23
discursos centrados en “distintos temas de la vida cristiana, como la fe, el amor,
el ayuno, la humildad, la oración, la misma vida ascética y la relación entre judaísmo
y cristianismo, entre Antiguo y Nuevo Testamento”. El santo siro-cristiano, -ha
evocado el Papa- comparaba la virtud de la humildad con "las raíces plantadas en el
terreno, que sostienen el árbol, y que con sus ramas se eleva al cielo".
Este
ha sido el resumen que de su catequesis ha hecho Benedicto XVI en español, para los
peregrinos de nuestra lengua presentes en la Plaza de San Pedro:
Queridos
hermanos y hermanas:
Hoy nos ocupamos de Afraates,
apodado también el “Sabio”, una figura destacada del cristianismo del siglo IV en
Siria, donde las comunidades mantuvieron características propias: eran cercanas a
la lengua y mentalidad semíticas en las que se fraguó la Biblia, afines al judaísmo,
estrechamente unidas a la Iglesia madre de Jerusalén y en ellas ejercían un papel
muy importante las diversas formas de vida eremítica.
En
los escritos de este Padre de la Iglesia, destaca la estrecha relación con las Sagradas
Escrituras, de las que él se decía “discípulo”, y que tenía como su única fuente de
inspiración. Muestra a Cristo como médico que nos salva y al que se acude para curar,
por la penitencia, la herida del pecado. Para Afraates, la vida cristiana es seguir
a Cristo y orar como Él nos ha enseñado, con humildad, para que habite en nuestro
corazón y nos lleve a un compromiso de caridad para con el prójimo.
Saludo
cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular al grupo promotor
del programa «Vida sin droga» de Colombia, acompañado por los Señores Embajadores
de ese País. Es de esperar que esta y otras iniciativas similares se propaguen y ayuden
a construir un mundo mejor. Saludo también a la delegación de la Escuela de Policía
de Chile, así como a los demás peregrinos de México y España. A todos recuerdo una
máxima del Sabio Afraates: «La oración es escuchada cuando ofrece alivio al prójimo» Gracias
por vuestra visita.
Antes de finalizar la audiencia, el Papa se ha dirigido,
como siempre a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados. El próximo domingo,
último del tiempo ordinario, celebraremos la solemnidad de Cristo, rey del Universo.
Queridos jóvenes, poned a Jesús al centro de vuestra vida. Cristo, que ha hecho de
la Cruz un trono real, os enseñe a vosotros, queridos enfermos, a comprender el valor
redentor del sufrimiento vivido en unión con Él. Os invito a vosotros, reciñen casados,
a poner a Cristo al centro de vuestro camino matrimonial.
Después de la audiencia
el Santo Padre ha inaugurado en el Patio de San Dámaso la nueva sede de la Oficina
del cardenal Decano del Colegio cardenalicio.