La paz en Oriente Medio y el papel de las religiones en la reconciliación
Sábado, 10 nov (RV).- La paz en Oriente Medio y el papel que las religiones pueden
jugar para reconciliar Tierra Santa. Sobre estos dos ejes, el Observador de la Santa
en Naciones Unidas Mons. Celestino Migliore intervino nuevamente en un discurso en
la sede de Nueva York. “Posponer sin fin la resolución del conflicto israelí-palestino
a través del rechazo de la negociación, quiere decir perpetuar la injusticia y perjudicar
sobre todo a los pueblos inocentes que viven en la región”. Este es el vibrante llamamiento
que el arzobispo Migliore realizó en la sede de la ONU, insistiendo una vez más en
la posición de la Santa Sede en favor de una solución de dos estados para dos pueblos,
conviviendo uno pacíficamente al lado del otro.
“No puede ser ignorado -afirmó
el representante de la Santa Sede- el hecho de que el conflicto israelí-palestino
continua generando inestabilidad en Medio Oriente”. Resolver esta crisis fue el tema
de su reflexión: “es una responsabilidad primaria, no de los países que forman el
cuarteto mediador, sino sobre todo de las 2 partes y de los Países confinantes”. “Es
indispensable, -dijo Mons. Migliore- que israelíes y palestinos inicien cuanto antes
negociaciones efectivas sobre la solución de dos estados. De aquí el auspicio de la
Santa Sede para que la Conferencia internacional de Paz, programada para finales de
este mes acelere el proceso hacia la definición de un acuerdo realístico entre las
dos partes.
El prelado en su discurso puso también el acento sobre la contribución
que las diferentes confesiones religiosas en Tierra Santa pueden dar par la solución
de la crisis. El Observador insistió en este aspecto, señalando la posición del Vaticano
“en favor de un status especial para la Ciudad de Jerusalén”, subrayando además que
“el muro de seguridad israelí levantado por el estado judío pone muchas dificultades
a la libertad de movimiento” y es un inconveniente para el diálogo.
Por otra
parte, Mons. Celestino Migliore reconoció que la repetición perpetua de actos de injusticia
aumenta las recriminaciones y la rabia entre las poblaciones que habitan en el área.
Por esto es urgente crear un clima de mutuo respeto, necesario en cualquier proceso
de paz y coexistencia pacífica. El representante vaticano animó a la sociedad civil
israelí y a la palestina, que comparten miedo y dolor, a que ofrezcan su recíproco
perdón y reconciliación. “Es necesario aprender de aquellos que en otros contextos
-dijo- han conseguido poner fin a la violencia. Es necesario un diálogo paciente,
una confianza perseverante, la superación de prejuicios culturales y religiosos y
aquel deseo de paz que ha llevado a tantos pueblos a recuperar la armonía después
de la devastación, el odio y la violencia.