2007-11-09 16:47:51

Reflexiones en familia


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Viernes, 9 oct (RV).- Hoy hablaremos de la importancia que tiene la familia, con la formación y el ejemplo, en la prevención de miles de dificultades y problemas que hoy afectan a nuestros jóvenes, problemas que en la mayoría de ocasiones son señalados como problemas sociales, es decir de las comunidades en general, y en los cuales realmente todos tenemos mucho que ver.

La gran mayoría de los problemas como drogadicción, delincuencia común, violencia, tienen su origen en el seno familiar, en su descomposición, en la desarticulación de las familias, sus condiciones de miseria, falta de educación que se convierten en círculos viciosos y repetitivos generación tras generación, sin que en muchas ocasiones se tomen medidas decisivas que rompan estos círculos viciosos.


La descomposición social que padecemos hoy en día no se arregla con soluciones esquivas, puntuales, de corto plazo que sólo pretenden remediar las consecuencias inmediatas de los problemas, es decir apresar al delincuente, amonestar al agresor, estas soluciones realmente no buscan ir al origen mismo del problema.


Personas sumidas en el alcohol y las drogas, personas en cuyo interior existe un conflicto, son personas que sin duda en un principio formaron parte de una familia, pero que por múltiples razones dentro de ellas no hallaron el espacio que necesitaban y lo buscaron en el lugar menos indicado. Casi siempre las personas con problemas y dificultades en sus comportamientos tienen como origen familias disfuncionales, hogares divididos, problemas de comunicación, violencia intra familiar, entre otros.
De ahí que se podría señalar que para empezar a buscar el origen real de los problemas sociales, que son atravesados por el ámbito familiar, habría que empezar analizando el corazón humano, es decir los valores, las formas de relación, los puntos o ejes de referencia, las aspiraciones, los principios que constituyen el marco y la base de su actuar.


No cabe duda que los tiempos cambian, y por ello las relaciones sociales así como los hombres y mujeres en general. Hoy en día se le da importancia más a algunas cosas que otras, por ejemplo se valora mucho la posesión de objetos, a la imagen física, la belleza, valores socialmente aceptados y promovidos por el consumo, la publicidad y medios de comunicación que están sustituyendo algunos valores espirituales trayendo como resultado el vacío de sus miembros y la búsqueda de soluciones en el exterior, cuando estas están dentro del corazón humano.


Este cambio de valores y sus consecuencias lo podemos constatar cada uno de nosotros, al interior de nuestros propios hogares, obviamente en unos más que en otros. Por ejemplo dejamos poco tiempo para comunicarnos, para dialogar e intercambiar las experiencias, sueños y temores entre los miembros de una misma familia; hay poco tiempo para escuchar a los hijos o a la esposa o esposo, pero sí más tiempo trabajar.


Esta falta de afecto y acogida dentro de la familia hace que sus miembros -especialmente los hijos- orienten la búsqueda de sus expresiones y afectos en otros espacios y ambientes, donde se encuentran muchas vías de escape que van desde la violencia, las drogas, sin que ello realmente plantee soluciones al problema.


Fortalecer la familia, es un camino privilegiado para sanar la sociedad, de lo contrario nos seguiremos enredando en las consecuencias antes mencionadas y nos seguiremos enfrentando sólo con medidas paliativas, creando un círculo vicioso que cada vez se estrechará más. Compartir, amar, entregar, dar ejemplo, son elementos esenciales para este fortalecimiento.


Texto: Alma García
Locución: Alina Tufani Díaz








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