Alegría en la Iglesia por la liberación de los dos sacerdotes cristianos secuestrados
en Irak
Martes, 23 oct (RV).- Benedicto XVI ha acogido con gran alegría la noticia de la liberación
de los dos sacerdotes cristianos, de rito siro-católico que habían sido secuestrados
en Mosul, norte de Irak. La noticia le fue comunicada al Papa durante su visita pastoral
a la ciudad italiana de Nápoles, el domingo pasado, cuando se cumplía una semana de
su apremiante llamamiento, precisamente, en favor de la liberación de los padres Mazen
Ishoa y Pius Afas, recordando que la violencia no resuelve las tensiones y rezando
por cuantos sufren violencia y por la paz. «Cotidianamente -constataba con pesar el
Santo Padre- siguen llegando desde Irak graves noticias de atentados y violencias,
que sacuden las conciencias de cuantos quieren el bien del país y la paz en la región».
«Lo que vosotros representáis expresa los diferentes mundos y patrimonios
religiosos de la humanidad a los que la Iglesia Católica mira con sincero respeto
y atención cordial», decía el domingo pasado Benedicto XVI, en Nápoles, a los participantes
en el XXI Encuentro Internacional por la Paz, promovido por la Comunidad de San Egidio
y cuyo tema es: «Por un mundo sin violencia - Religiones y culturas en diálogo».
En
este mismo encuentro, el presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso,
cardenal Jean Louis Tauran, hizo hincapié ayer en las palabras del Papa, reiterando
que la hoja de ruta del diálogo entre las religiones debe fundarse en el rechazo de
la violencia y la promoción de la paz.
«El terrorismo cubre de infamia a quien
lo cumple. Toda violencia justificada en nombre de la fe es una profanación del nombre
de Dios». El purpurado evocó también estas palabras de Benedicto XVI en su discurso
al Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede, lamentando luego que el mundo
tenga que seguir asistiendo a crímenes que se anhelaba que hubieran desaparecido después
de la segunda guerra mundial – «como las limpiezas étnicas y los campos de concentración».
Sin
embargo, el presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso puso
de relieve la gran esperanza que se ilumina gracias «a una multitud de hombres y mujeres
que creen en la paz y que alzan las manos hacia el cielo, convencidos de que las situaciones
de violencia se pueden superar contraponiendo la bondad».
Como ya había hecho
recientemente, el cardenal Jean-Louis Tauran, presidente del Pontificio Consejo para
el Diálogo Interreligioso, se refirió a la carta que 138 sabios musulmanes han dirigido
al Papa y a otros líderes cristianos. Destacando que «se trata de un texto muy interesante
porque representa un documento nuevo, ya que proviene tanto de musulmanes sunitas
como de chiítas, el purpurado señaló que «es un documento no polémico, con numerosas
citas tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento».
Ante la pregunta de qué
deben hacer los líderes religiosos para que no se aúnen violencia y religión, el cardenal
Tauran dijo que «habría que invitar en primer lugar a sus seguidores a compartir las
tres convicciones contenidas en la carta: Dios es único, Dios nos ama y nosotros debemos
amarle y Dios nos llama a amar al prójimo».
El presidente del Pontificio Consejo
para el Diálogo Interreligioso señaló que «es un signo esperanzador porque demuestra
que la buena voluntad y el diálogo pueden vencer los prejuicios» y en este contexto,
el cardenal Tauran añadió que «es un enfoque espiritual del diálogo interreligioso».
También ante nuestros micrófonos, el purpurado se ha referido a esta carta y ha afirmado
que «ciertamente se responderá a esta misiva, porque se ha lanzado una señal positiva
hacia los cristianos» y que «el patrimonio positivo contenido en este mensaje debe
ser acogido».
Reiterando que el documento presenta algunas novedades, «como
por ejemplo, cuando se habla de Jesús, presentándole a través de citas del Nuevo Testamento
y no del Corán», el presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso
ha insistido en la voluntad de colaborar en favor de la paz, por medio de la religión
y ha manifestado que en el mismo texto se señala que «los musulmanes y los cristianos
representan el 55 % de la población mundial y son un gran potencial para contribuir
en el logro de la paz en todo el mundo».