2007-10-23 17:49:57

Alegría en la Iglesia por la liberación de los dos sacerdotes cristianos secuestrados en Irak


Martes, 23 oct (RV).- Benedicto XVI ha acogido con gran alegría la noticia de la liberación de los dos sacerdotes cristianos, de rito siro-católico que habían sido secuestrados en Mosul, norte de Irak. La noticia le fue comunicada al Papa durante su visita pastoral a la ciudad italiana de Nápoles, el domingo pasado, cuando se cumplía una semana de su apremiante llamamiento, precisamente, en favor de la liberación de los padres Mazen Ishoa y Pius Afas, recordando que la violencia no resuelve las tensiones y rezando por cuantos sufren violencia y por la paz. «Cotidianamente -constataba con pesar el Santo Padre- siguen llegando desde Irak graves noticias de atentados y violencias, que sacuden las conciencias de cuantos quieren el bien del país y la paz en la región».

«Lo que vosotros representáis expresa los diferentes mundos y patrimonios religiosos de la humanidad a los que la Iglesia Católica mira con sincero respeto y atención cordial», decía el domingo pasado Benedicto XVI, en Nápoles, a los participantes en el XXI Encuentro Internacional por la Paz, promovido por la Comunidad de San Egidio y cuyo tema es: «Por un mundo sin violencia - Religiones y culturas en diálogo».

En este mismo encuentro, el presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, cardenal Jean Louis Tauran, hizo hincapié ayer en las palabras del Papa, reiterando que la hoja de ruta del diálogo entre las religiones debe fundarse en el rechazo de la violencia y la promoción de la paz.

«El terrorismo cubre de infamia a quien lo cumple. Toda violencia justificada en nombre de la fe es una profanación del nombre de Dios». El purpurado evocó también estas palabras de Benedicto XVI en su discurso al Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede, lamentando luego que el mundo tenga que seguir asistiendo a crímenes que se anhelaba que hubieran desaparecido después de la segunda guerra mundial – «como las limpiezas étnicas y los campos de concentración».

Sin embargo, el presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso puso de relieve la gran esperanza que se ilumina gracias «a una multitud de hombres y mujeres que creen en la paz y que alzan las manos hacia el cielo, convencidos de que las situaciones de violencia se pueden superar contraponiendo la bondad».

Como ya había hecho recientemente, el cardenal Jean-Louis Tauran, presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, se refirió a la carta que 138 sabios musulmanes han dirigido al Papa y a otros líderes cristianos. Destacando que «se trata de un texto muy interesante porque representa un documento nuevo, ya que proviene tanto de musulmanes sunitas como de chiítas, el purpurado señaló que «es un documento no polémico, con numerosas citas tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento».

Ante la pregunta de qué deben hacer los líderes religiosos para que no se aúnen violencia y religión, el cardenal Tauran dijo que «habría que invitar en primer lugar a sus seguidores a compartir las tres convicciones contenidas en la carta: Dios es único, Dios nos ama y nosotros debemos amarle y Dios nos llama a amar al prójimo».

El presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso señaló que «es un signo esperanzador porque demuestra que la buena voluntad y el diálogo pueden vencer los prejuicios» y en este contexto, el cardenal Tauran añadió que «es un enfoque espiritual del diálogo interreligioso». También ante nuestros micrófonos, el purpurado se ha referido a esta carta y ha afirmado que «ciertamente se responderá a esta misiva, porque se ha lanzado una señal positiva hacia los cristianos» y que «el patrimonio positivo contenido en este mensaje debe ser acogido».

Reiterando que el documento presenta algunas novedades, «como por ejemplo, cuando se habla de Jesús, presentándole a través de citas del Nuevo Testamento y no del Corán», el presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso ha insistido en la voluntad de colaborar en favor de la paz, por medio de la religión y ha manifestado que en el mismo texto se señala que «los musulmanes y los cristianos representan el 55 % de la población mundial y son un gran potencial para contribuir en el logro de la paz en todo el mundo».







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