Dolor en la Iglesia argentina por la participación de un sacerdote en delitos gravísimos
Jueves, 11 oct (RV).- «En estos días la Iglesia en Argentina está conmovida por el
dolor que nos causa la participación de un sacerdote en delitos gravísimos, según
la sentencia del Tribunal de La Plata». Lo afirma un comunicado firmado por el cardenal
Jorge Mario Bergoglio, Arzobispo de Buenos Aires y Presidente de la Conferencia Episcopal
Argentina, por sus dos vicepresidentes y por el Secretario General de los obispos
de este país.
Ante el fallo del tribunal que juzgó al sacerdote Von Wernich,
también «la Comisión Nacional de Justicia y Paz quiere manifestar su dolor y su pesar
por todas aquellas acciones directas, en colaboración o complicidad, que algunos integrantes
de la Iglesia Católica pudieron llevar a cabo y que posibilitaron el secuestro, la tortura
y la desaparición de personas durante la ultima dictadura militar en el país».
Con
la convicción de «que los pasos que la justicia da en el esclarecimiento de estos
hechos deben servir para renovar los esfuerzos de todos los ciudadanos en el camino
de la reconciliación y son un llamado a alejarnos, tanto de la impunidad como del
odio o el rencor», el comunicado de prensa añade: «reiteramos, una vez más, lo que
expresamos los Obispos argentinos: "Si algún miembro de la Iglesia, cualquiera fuera
su condición, hubiera avalado con su recomendación o complicidad alguno de esos hechos
(la represión violenta), habría actuado bajo su responsabilidad personal, errando
o pecando gravemente contra Dios, la humanidad y su conciencia"( Comunicado de la
111º Comisión Permanente, 8 de marzo de 1995). Y también recordamos el pedido de perdón
realizado por la Iglesia en el acto de apertura del Encuentro Eucarístico Nacional
(Córdoba, 8 de septiembre de 2000).
Los obispos piden a Jesús Misericordioso
y a Nuestra Señora de Luján que acompañen todos los argentinos en este doloroso camino
de reconciliación. Asimismo, la Comisión nacional Justicia y Paz de los prelados de
Argentina expresa su solidaridad con todas las víctimas de ese trágico período de
la historia de esta nación. Con la esperanza de «que el accionar de la justicia pueda
actuar como reparación y consuelo para los sobrevivientes, sus familiares y los desaparecidos».
En
su compromiso con el presente y de cara al futuro por afianzar un espacio de amistad
y dialogo entre los argentinos, los mismos obispos recuerdan que «la violencia, en
cualquiera de sus expresiones, no es cristiana ni evangélica y mucho menos, si no
respeta a los seres humanos y a sus derechos elementales». El comunicado de la comisión
episcopal argentina de justicia y paz termina con el anhelo de que «frente al imperativo
de que la justicia busque la verdad sobre el pasado, el desafío de proyectar una nación sin
excluidos nos ayude a encontrar los caminos de encuentro y reconciliación que hagan
posible en la justicia y en la paz, la construcción de una patria de hermanos».