El gobierno australiano se prepara para recibir a millones de jóvenes
Martes, 9 oct (RV).- Cada vez está más cerca la próxima Jornada Mundial de la Juventud
que tendrá lugar en Sydney, Australia, los próximos 15 al 20 de julio de 2008. El
gobierno australiano está preparándose para recibir a millones de jóvenes que llegarán
de todo el mundo, por este motivo ha decidido simplificar la concesión de visados
a todos los peregrinos que acudan a la Jornada Mundial de la Juventud.
En
este sentido se ha firmado en Sydney un acuerdo entre el presidente del comité organizador
local de la JMJ - el cardenal George Pell - y la viceministra de Inmigración y Ciudadanía,
Teresa Gambarro. Siguiendo el documento, el Departamento de Inmigración y Ciudadanía
proporcionará visados, libres de tasas gubernamentales, a los peregrinos registrados,
les ofrecerá visados de tres meses, cosa que les permitirá múltiples entradas en el
país y no limitará el número de visados concedidos en general o respecto a un país
en particular.
Estas disposiciones «confirman el fuerte apoyo del Gobierno
Federal para que la Jornada Mundial de la Juventud tenga un éxito total», considera
el purpurado australiano. La iniciativa de las autoridades «facilitará a los peregrinos
viajar a Sydney para participar en este histórico evento», que espera la llegada de
al menos unos 140 mil visitantes internacionales, añade el cardenal Pell. Además se
calcula que la mitad de ellos procederán de los Estados Unidos, Italia y Alemania.
La organización sitúa en más de medio millón la cifra de peregrinos que se espera
en la misa final de la JMJ el domingo 20 de julio, cuya celebración presidirá Benedicto
XVI en su primera visita a Australia.
Asimismo el Arzobispo de Sydney, Cardenal
George Pell, alentó a los jóvenes australianos a prepararse espiritualmente ya que
es un momento de conversión, para la próxima Jornada Mundial de la Juventud. "La JMJ
no es una reunión como las demás; no es sólo un encuentro multicultural ni tampoco
sólo una ocasión para hacer nuevas amistades. Es sobre todo un momento de conversión,
de encuentro con Dios, de compartir con el prójimo y de anunciar la Buena Nueva. Es
pues necesario prepararse espiritualmente al evento para no dejarse sobrepasar por
los asuntos organizativos y logísticos", destacó el Cardenal según informa la agencia
vaticana Fides.
Si bien "un número cada vez mayor de jóvenes australianos piensa
que se puede vivir bien sin Dios. Hay una erosión de la fe y de la práctica religiosa",
el Arzobispo destacó que "una de las bendiciones que la Jornada Mundial de la Juventud
nos dará será el don del único y verdadero Dios, recordándonos las enseñas de Cristo,
único Hijo de Dios, y poniendo los valores espirituales en la escena pública". Por
su parte, Mons. Anthony Fisher, Obispo Auxiliar de Sydney y Coordinador General de
la JMJ, señaló que "el fermento organizativo debe estar siempre acompañado de un compromiso
espiritual" y que este gran evento eclesial es una "ocasión preciosa para que todos
los jóvenes de Oceanía puedan repensar la dimensión trascendente de su vida y recuperar
su relación con Dios".