Audiencia general: Benedicto XVI resalta el papel del obispo como “garante de la continuidad
de los Apóstoles con Cristo” y la necesidad de “exponer al pueblo las enseñanzas de
la fe de manera irreprensible
Miércoles, 3 oct (RV).- Prosiguiendo el itinerario, con el que sigue el rastro de
los Padres de la Iglesia, Benedicto XVI en la Audiencia General ha hablado hoy de
la figura de san Cirilo de Alejandría, “obispo custodio de la fe y cercano al Pueblo
de Dios”.
El obispo “es garante de la continuidad de los Apóstoles con Cristo”,
ha dicho el Papa en su catequesis citando a Cirilo, el cual se opuso a la herejía
nestoriana que en el siglo V negaba la divinidad de Cristo.
“El deber de los
pastores de preservar la fe del pueblo de Dios” ha sido ratificado esta mañana en
la plaza de san Pedro por Benedicto XVI durante la Audiencia General, cuya catequesis
el Papa ha dedicado hoy a la figura de Cirilo de Alejandría, conocido en la Iglesia
antigua como “custodio de la salvación y de la verdadera fe, sigilo de los Padres”.
La “claridad de la doctrina” nunca ha de desvincularse, es más contribuye a “la búsqueda
interior de la unidad y de la reconciliación” entre los cristianos. Este criterio
-ha explicado el Santo Padre- continúa siendo válido todavía hoy.
El Pontífice
ha hecho hincapié en que sobre todo la fe cristiana es encuentro con Jesús, “persona
que da la vida y abre nuevos horizontes al hombre”. “Una fe que debe mantenerse íntegra
a través de los siglos y sobre la cual precisamente los pastores deben vigilar constantemente”.
Es necesario ha insistido el Papa “exponer al pueblo las enseñanzas de la fe de manera
irreprensible y recordar que quien escandaliza, aunque sea tan solo a uno entre los
más pequeños, sufrirá un castigo terrible”.
A propósito de esto, el Pontífice
ha subrayado que enseñando la doctrina fielmente a la Tradición de la Iglesia, el
obispo “es garante de la continuidad de los Apóstoles con Cristo”. El Papa ha recordado
también que Cirilo se opuso a la herejía nestoriana que negaba la divinidad de Cristo
y que rechazaba para María el título de “madre de Dios”.
La fe cristiana,
defendida por el obispo y confirmada por Roma, ha afirmado el Santo Padre, no enseñaba
la idea de separación entre “humanidad y divinidad” en Cristo, que adoramos como “uno
solo y él mismo”. Esta “controversia cristológica llevó al Concilio de Éfeso, que
formuló nuestro credo”. Por esto León XIII, ha explicado el Papa, proclamó a Cirilo
doctor de la Iglesia, testimoniando su propio amor por la Tradición oriental que junto
a la Tradición Occidental representa la Doctrina de la única Iglesia.
Después
de su alocución central en italiano, el Santo Padre ha resumido su catequesis también
en español. Éstas han sido sus palabras:
Queridos
hermanos y hermanas:
En la catequesis de hoy nos
centramos en la figura de san Cirilo de Alejandría. Era aún muy joven cuando fue elegido
obispo de esa ciudad, que gobernó durante muchos años con gran energía. Luchó contra
la predicación de Nestorio, obispo de Constantinopla, el cual, al separar en Cristo
la naturaleza humana de la divina, le negaba a María el título de Madre de Dios. Cirilo,
en cambio, predicaba con claridad que las dos naturalezas, humana y divina, están
unidas en Cristo, sin ignorar la diferencia entre ellas, pero sin separarlas, de tal
manera que hay un sólo Cristo, el Hijo de Dios, nacido de la Virgen. Nestorio fue
condenado por el Concilio de Éfeso, donde se le reconoció a la Virgen el título de
“Madre de Dios”. Entre los numerosos e importantes escritos de san Cirilo destacan
los comentarios a varios libros de la Escritura, así como las obras dedicadas a defender
la fe trinitaria y a subrayar la unidad del Verbo encarnado contra las tesis arrianas
y de Nestorio. San Cirilo tuvo siempre como base de su enseñanza la tradición eclesiástica,
sobre todo los escritos de san Atanasio, su predecesor en la sede de Alejandría, mostrando
así la continuidad de su teología con la tradición.
Saludo
cordialmente a los visitantes de lengua española. En particular, a los seminaristas
de la diócesis de Jerez de la Frontera, con su Obispo, Monseñor Juan del Río, a los
distintos grupos venidos de España, México, Costa Rica, Argentina, y de otros países
latinoamericanos. Os animo a centrar vuestra vida en Cristo, Dios y hombre verdadero,
y a dar un testimonio cada vez más alegre de la fe y el amor que alimentan vuestra
existencia cotidiana. Muchas gracias.
En sus tradicionales saludos a los
jóvenes, a los enfermos y a los recién casados, Benedicto XVI recordó el luminoso
ejemplo de san Francisco de Asís, cuya memoria celebraremos mañana. A los queridos
jóvenes les deseó que los ayude a vivir siempre en plena fidelidad al Evangelio. A
los enfermos, a afrontar con valentía el sufrimiento, buscando en Cristo crucificado
serenidad y consuelo, y a los recién casados, que los conduzca a un amor cada vez
más profundo hacia Dios y entre ellos, para que puedan experimentar la alegría que
brota de su don recíproco abierto a la vida.
También en su cordial saludo a
los peregrinos polacos el Santo Padre ha recordado a San Francisco de Asís, el cual
imitando a Cristo, renunció a los bienes terrenales. Él nos enseñó que debemos ser
sencillos, humildes y puros, para que dejando este mundo recibamos la recompensa del
amor. Benedicto XVI ha exhortado a aprender a elegir la conducta de radicalismo evangélico
de san Francisco.