Escuchar el programa Viernes, 21 sep
(RV).- Hoy hablaremos de la importancia de que padres de familia y educadores estén
en perfecta sintonía y cooperación en la educación de los hijos, en los métodos y
programas, y de manera particular los aspectos que tienen que ver con la creatividad,
una habilidad que puede desarrollarse e incentivarse desde la niñez, y que con el
tiempo se convierte en una actitud frente a la vida, pues la creatividad está en el
individuo, en las circunstancias que vive y en el contacto con los otros.
Empecemos
estas reflexiones señalando que la creatividad es una habilidad que se empieza a desarrollar
desde la niñez, por ello la educación cumple un papel fundamental en la medida en
que es un proceso que favorece el desarrollo de las potencialidades humanas, y por
tanto está llamado a dinamizar la creatividad, cultivarla y potenciarla.
Obviamente
en este proceso no se hace referencia de manera exclusiva a la escuela como institución
de educación y formación, la familia es sin duda la primera y fundamental institución
de formación donde los niños aprenden a manejar y desarrollar las competencias de
hablar, escuchar, leer y escribir, todos estas formas de comunicación con sí mismo
y con los demás.
Podría señalarse entonces que ser creativo es manejar de la
mejor manera los instrumentos que se tienen a mano para solucionar un problema, emitir
un mensaje, participar en una situación, manejar un proyecto, en suma vivir la vida
de todos los días, en la que constantemente estamos inmersos en una relación de comunicación. Es
por ello que tanto los padres como las escuelas deben estar en sintonía con las exigencias
y necesidades cotidianas, puesto que es en la cotidianidad donde se tejen las relaciones,
se fabrican los sueños y se despiertan las habilidades; necesitamos estar en una constante
búsqueda de las herramientas -teóricas y prácticas- para acercarnos a los ideales
de hombre y de sociedad que los grupos y seres humanos organizan y proyectan.
Dentro
de las actividades que se recomiendan para que los educadores y padres de familia
promuevan en los niños la creatividad esta el motivar a los niños a ejercer facultades
críticas, y para ello es preciso brindarles diversos puntos de vista, enseñarles que
la realidad es múltiple, que los seres humanos -como las cosas- son diversos en pensamientos
y actitudes, en formas y expresiones.
En este sentido los juegos que permiten
construir figuras, con diversidad de formas y colores, con obstáculos o problemáticas
a resolver, con objetivos a cumplir, son sin duda buenos estímulos para que los niños
puedan desarrollar sus facultades críticas al tiempo que aprenden a tomar decisiones
y asumir posiciones respecto a algo.
Como vemos para un mejor desarrollo de
habilidades y formas creativas en los niños, es indispensable la cooperación entre
la familia y la escuela, en ambas instituciones se complementa y refuerza el proceso
educativo. Por ello, debe existir plena coordinación, para que el proceso educativo
sea asumido por los niños como uno solo, y no como elementos contrarios o en disonancia.
Los padres de familia no pueden delegar la labor educativa exclusivamente a las escuelas,
puesto que la labor que se realiza en el seno familiar es de vital importancia, mucho
más en lo a que la creatividad se refiere.
La educación de los hijos es un
deber sagrado y un objetivo sólido de los padres, que exige ternura, unión, diálogo
y ejemplo.