2007-09-14 15:45:26

La Congregación para la Doctrina de la Fe responde a la Conferencia Episcopal de EE.UU. señalando que es obligatorio suministrar alimento y agua a los pacientes en estado vegetativo


Viernes, 14 sep (RV).- Es obligatorio suministrar alimento y agua, incluso por vía artificial, mientras se demuestre que cumple la finalidad de procurar la hidratación y la nutrición de los pacientes que se encuentran en estado vegetativo. Esta es la respuesta de la Congregación para la Doctrina de la Fe a las cuestiones planteadas por la Conferencia Episcopal estadounidense en relación al suministro de alimentación e hidratación artificial.

Además la Congregación establece la obligatoriedad de nutrir e hidratar artificialmente a un paciente en estado vegetativo incluso cuando los médicos competentes juzguen con certeza moral que el paciente jamás recuperará la consciencia. Estas respuestas, decididas en la sesión ordinaria de la Congregación el pasado 1 de agosto, han sido aprobadas por Benedicto XVI durante la audiencia concedida al prefecto del dicasterio, cardenal William Levada, y ordenado que se publicaran hoy.

La Congregación para la Doctrina de la Fe responde de esta forma a las preguntas presentadas el 11 de julio de 2005, por el presidente de la Conferencia Episcopal Estadounidense con respecto a la alimentación e hidratación de los pacientes que se encuentran en la condición comúnmente denominada “estado vegetativo”. El objeto de las preguntas era si la alimentación e hidratación de estos pacientes, sobre todo cuando son suministradas por vía artificial, no constituye una carga excesivamente pesada para ellos, sus familiares y para el sistema sanitario, hasta el punto de poder ser consideradas, también a la luz de la doctrina moral de la Iglesia, un medio extraordinario o desproporcionado, y, por lo tanto, moralmente no obligatorio.

El comentario de la Congregación se refiere de forma particular al discurso del Papa Pío XII a los participantes en un Congreso de Anestesiología en 1957, el cual suele invocarse en favor de la posibilidad de renunciar a la alimentación e hidratación de estos pacientes, y que alude al uso de medios que no constituyan una carga extraordinaria para el paciente o los demás.
 En este sentido, el dicasterio aclara que las respuestas dadas por Pío XII se referían al uso e interrupción de técnicas de reanimación. Pero el caso actual nada tiene que ver con esas técnicas, porque “los pacientes en estado vegetativo respiran espontáneamente, digieren naturalmente los alimentos, realizan otras funciones metabólicas y se encuentran en una situación estable.


Por lo tanto el principio formulado por Pío XII no puede ser interpretado como si fuera lícito abandonar a su propia suerte a los pacientes cuya atención ordinaria imponga una carga considerable para la familia, dejándolos morir. Como tampoco lo sería en el caso de un tetrapléjico, un enfermo mental grave o un paciente con Alzheimer. Todos ellos “son personas que necesitan asistencia continua por espacio de meses e incluso años”.







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