Miércoles, 12 sep (RV).- El Santo Padre Benedicto XVI acaba de finalizar dos viajes,
uno a Loreto y otro a Austria, uno dentro de Italia, el otro fuera, pero los dos,
marcados por la presencia constante de los jóvenes y el mensaje de la cercanía de
la Iglesia con su pueblo, sobre todo con los que representan su futuro, los jóvenes.
Antes
de emprender el camino para el próximo encuentro mundial de la juventud, en Sydney
2008, Benedicto XVI seguirá, como lo ha ido haciendo hasta ahora, viajando para transmitir
el mensaje de paz, solidaridad y amor que Cristo nos dejó.
En este sentido
recientemente se anunció que dentro de un mes aproximadamente, exactamente el 21 de
octubre, el Papa viajará a Nápoles, según confirmó el cardenal Crescenzio Sepe, arzobispo
de Nápoles: “Sobre todo quiero agradecer al Santo Padre que haya acogido la invitación
de visitar, aunque por pocas horas, la diócesis de Nápoles, visita que se inserta
también en el contexto de la Reunión del diálogo interreligioso por la paz, que organiza
la comunidad de San Egidio, como cada año, en diferentes ciudades del mundo”.
El
cardenal consideró que con la visita del Santo Padre a esta diócesis tan marcada por
problemas de delincuencia, es un signo particular de su amor por Nápoles: “El Santo
Padre sin duda dará una inyección de confianza a todos nosotros que trabajamos en
un contexto hermoso pero muy a menudo difícil”.
Benedicto XVI llegará a Nápoles
el domingo 21 de octubre por la mañana y se dirigirá directamente a la plaza del Plebiscito,
donde concelebrará la Santa Misa con los cardenales y obispos de la región. Al finalizar,
el Papa recitará el rezo mariano del Ángelus.
Precisamente a esa misma plaza
acudió Juan Pablo II en 1990 en su visita pastoral a la región Campana. “Visitar Nápoles
significa recorrer más de dos milenios de historia de una de las culturas más ricas
de Europa –dijo el Pontífice en aquella ocasión- significa leer, a través de los estratos
de las civilizaciones que se han sucedido, la formación de una ciudad singular, que
se encuentra en la encrucijada de los caminos recorridos por las poblaciones que han
escrito la historia de Europa. (…) En 1979, durante mi visita rápida a Nápoles –recordó
Juan Pablo II- lancé un llamamiento en esta plaza: Nápoles merece un interés especial,
exige un atención directa, Nápoles necesita esperar”.
En este sentido el Pontífice
finalizó señalando la necesidad de que la sociedad civil napolitana en conjunto, “sea
protagonista de su propio desarrollo, que el pueblo de Nápoles cultive una fuerte
conciencia social y salvaguarde los ricos valores de su tradición”.
Éste será
el mensaje con el que Benedicto XVI viajará a una tierra martirizada por graves problemas
sociales, como la Camorra, la mafia que asfixia en muchos barrios de la ciudad a más
de la mitad de las familias.
Benedicto XVI tras el Ángelus, se dirigirá al
Seminario Mayor de Capodimonte, donde se encontrará con los jefes de las delegaciones
de las denominaciones cristianas y también con los representantes de varias religiones
del mundo. Está previsto que el Patriarca Bartolomé I acuda a la cita, así como el
arzobispo de Chipre, y Kirill de Moscú entre otros Patriarcas.