Audiencia general: el Papa revive las principales etapas de su viaje pastoral a Austria
y renueva su compromiso para que el proceso de unificación europea se base en el patrimonio
común de los valores cristianos
Miércoles, 12 sep (RV).- Benedicto XVI ha dedicado su Audiencia General de este miércoles
a su reciente Viaje Apostólico a Austria, reviviendo las principales etapas de esta
séptima visita fuera de Italia, cuyo momento central ha sido su peregrinación al Santuario
de Mariazell, para celebrar el 850 aniversario de la fundación de este célebre lugar
mariano. Tras destacar que estos tres intensos días en tierra austriaca abarcaron
importantes encuentros, con el presidente de la República y con el cuerpo diplomático,
el Papa ha hecho hincapié en el mensaje de la imagen misericordiosa de María que muestra
a su Hijo.
Mensaje que fue precisamente el lema de este séptimo viaje apostólico
internacional de su Pontificado: «Mirar a Cristo». Lema que ha sido también la exhortación
de Benedicto XVI en Mariazell, invitando a contemplar al Niño Jesús en el regazo de
María, como muestra la imagen misericordiosa. Y también, como Crucificado, que es
como se le ve en altar mayor. Pues «contemplar a Jesús con los ojos de María es reencontrar
al Dios Amor que, por nosotros, se hizo hombre y murió en la cruz».
El Pontífice,
hallándose en el corazón del continente, ha señalado que “mirando a Europa, ha renovado
su empeño para continuar el proceso de unificación europea sobre la base del patrimonio
común de los valores cristianos.
El Santo Padre se ha referido particularmente
a los encuentros que tuvo en Viena con el presidente federal Heinz Fischer, con las
autoridades gubernamentales y con el Cuerpo diplomático. ''Se trata de ocasiones preciosas
-ha dicho el Papa- en las que el Sucesor de Pedro tiene la posibilidad de exhortar
a los responsables de las naciones para que favorezcan siempre la causa de la paz
y del auténtico desarrollo económico y social”.
A propósito del estímulo para
la salvaguarda de las raíces cristianas de Europa, el Pontífice ha recordado que precisamente
“Mariazell, es uno de los símbolos del encuentro de los pueblos europeos en torno
a la fe cristiana”
“¿Cómo olvidar -ha subrayado después el Papa- que Europa
es portadora de una tradición de pensamiento en la que están entrelazados fe, razón
y sentimiento? Ilustres filósofos, incluso independientemente de la fe, han reconocido
el papel central desarrollado por el cristianismo para preservar la conciencia moderna
de corrientes nihilistas o fundamentalistas”.
El Santo Padre ha evocado asimismo
los enriquecedores momentos de fraternidad que vivió en Mariazell con los Obispos,
con la comunidad benedictina, con los sacerdotes, religiosos y religiosas, diáconos
y seminaristas, en la celebración de las Vísperas. Luego, ha destacando la celebración
del Domingo en la Catedral de San Esteban de Viena y la «importancia del Día del Señor».
“También nosotros, cristianos del 2000, -ha afirmado el Santo Padre- no podemos
vivir sin el domingo, un día que da sentido al trabajo y al descanso; que actualiza
el significado de la creación y de la redención, y que expresa el valor de la libertad
y de servicio al prójimo”. El Papa ha invitado a los fieles “a no reducir el fin de
semana sólo a una ocasión para intereses mundanos o fines comerciales”.
Seguidamente
el Papa se ha referido a su visita a la Abadía de la Santa Cruz, donde subrayó el
valor del monaquismo y de la oración litúrgica y de los lazos inseparables entre teología
y vida espiritual.
También ha destacado Benedicto XVI el encuentro que mantuvo,
al finalizar su viaje a Austria, con el mundo del voluntariado. Momento en el que
quiso alentar asimismo «a todas las personas de buena voluntad, que están comprometidas
gratuitamente al servicio del prójimo, en la Iglesia y en la sociedad civil».
El
Santo Padre ha querido renovar su profunda gratitud al cardenal Schönborn, arzobispo
de Viena, a todos los obispos, al gobierno y a todas las autoridades civiles por el
buen logro de su viaje. Y ha expresado, ante todo, su acción de gracias al Señor que
le ha permitido cumplir esta peregrinación mariana, encontrando a la Iglesia que vive
hoy en Europa, que está llamada a Mirar a Cristo y - como María - mostrarlo y ofrecerlo
a todos.
Según un comunicado de la archidiócesis de Viena, 110 mil fieles
han seguido al Papa durante su visita a Austria con etapas en Viena, Mariazell y Heiligenkreuz,
y esto a pesar de la lluvia y el mal tiempo. Se excluye de esta cifra los aproximadamente
5 mil fieles que saludaron al Papa durante el trayecto del aeropuerto a la capital.
Una calurosa acogida que el Santo Padre ha agradecido también en sendos mensaje enviados
al arzobispo de Viena, cardenal Christoph Schoenborn, y al presidente austriaco Heinz
Fischer.
Como de costumbre, el Papa ha resumido también en español la alocución
central que había pronunciado en italiano:
Queridos
hermanos y hermanas:
Mi reciente visita pastoral
a Austria ha sido para conmemorar el 850 (ochocientos cincuenta) aniversario del Santuario
de Mariazell, símbolo del encuentro entre los pueblos europeos y la fe cristiana.
Allí hice un nuevo llamamiento a continuar el proceso de unificación europea sobre
la base del patrimonio común de los valores cristianos. Siguiendo el tema central
de la visita, exhorté a los fieles a mirar a Cristo con los ojos de María, para descubrir
en Él a Dios Amor, que por nosotros se hizo hombre y murió en la cruz. Durante la
Misa en la Catedral hablé sobre la importancia del domingo como el día que da sentido
al trabajo y al descanso. En la Abadía Benedictina de la Santa Cruz subrayé el valor
de la oración como alabanza y adoración a Dios. Por último, manifesté mi aprecio hacia
las personas del voluntariado, que se entregan al servicio del prójimo, contribuyendo
así a la construcción de la civilización del amor. En Viena y en Mariazell se hizo
presente la realidad viva de la Iglesia en la Europa actual: una Iglesia que defiende
la vida en todas sus dimensiones y etapas, y que continúa trabajando por la paz y
por el verdadero progreso de la humanidad.
Saludo
cordialmente a los visitantes de lengua española. En particular, a las Servidoras
del Señor y de la Virgen de Matará, a los peregrinos de la diócesis de Cádiz y de
Querétaro, así como a los distintos grupos venidos de España, Argentina, Ecuador y
de otros países latinoamericanos. Que vuestra visita a las tumbas de los Apóstoles
Pedro y Pablo renueve vuestra fe en Dios y acreciente vuestro amor hacia la Iglesia
fundada por Cristo. Muchas gracias.
En sus tradicionales saludos a los
jóvenes, a los enfermos y a los recién casados, que han participando en esta audiencia,
el Papa ha recordado que el sábado pasado celebramos la fiesta de la Natividad de
la Virgen María y que hoy conmemoramos su Santo Nombre.
Con el anhelo de que
la celestial Madre de Dios, que nos acompaña a lo largo de todo el año litúrgico,
guíe amorosamente a los jóvenes por la senda de una adhesión al Evangelio, cada vez
más perfecta, Benedicto XVI ha deseado también que María aliente a los queridos enfermos
a acoger con serenidad la voluntad de Dios. Y que sostenga con su amparo a los recién
casados, para que den vida, día tras día, a una convivencia familiar, que se inspire
en el hogar de Nazaret.