La lluvia y el mal tiempo no desanimaron a los 110 mil fieles que han seguido al Papa
durante su visita a Austria con etapas en Viena, Mariazell y Heiligenkreuz
Martes, 11 sep (RV).- 110 mil fieles han seguido al Papa durante su visita a Austria
con etapas en Viena, Mariazell y Heiligenkreuz, y esto a pesar de la lluvia y el mal
tiempo, como subraya en un comunicado la archidiócesis de Viena. Se excluye de esta
cifra los aproximadamente 5 mil fieles que saludaron al Papa durante el trayecto del
aeropuerto a la capital. Una calurosa acogida que el Santo Padre ha agradecido en
sendos mensaje enviados al arzobispos de Viena, cardenal Christoph Schoenborn,y al
presidente austriaco Heinz Fischer.
«Nuestra luz, nuestra verdad, nuestra
meta, nuestro sosiego, nuestra vida, todo ello no es una doctrina religiosa, sino
una Persona: Jesucristo», ha enfatizado Benedicto XVI a lo largo de los 3 intensos
días que le han llevado a Austria, para peregrinar al célebre santuario de Mariazell,
con motivo del 850 aniversario de su fundación. Peregrinación cuyo lema ha sido, precisamente,
Mirar a Cristo.
El cardenal Javier Lozano Barragán destaca ante nuestros micrófonos
el profundo significado del Santuario de Mariazell que desde hace ocho siglos y medio
une a los pueblos del este y del oeste del continente europeo, así como la importancia
del culto mariano y del amparo de la Madre de Dios en el mundo:
De la visita
del Papa a Austria derivan muchos estímulos que ahora fructificarán en la Comunidad
eclesial y en la sociedad. Se podrá reconocer qué fuerza y qué confianza irradia
una vida iluminada por la fe. Benedicto XVI, junto a Pueblo de Dios, llegó como peregrino
a Mariazell para rezar con los fieles por la salvación del mundo. Antes y después
de esta cita central del viaje, el Santo Padre se postró a los pies de la Virgen en
la Mariensäule y visitó el monasterio cisterciense de Heilingenkreuz (de la beata
María Virgen de la Santa Cruz) pocas horas antes de regresar a Roma.
Después
del viaje a Aparecida (Brasil) y el más reciente al monasterio de Loreto, el viaje
a Austria de Benedicto XVI es una etapa más de este camino mariano, camino de homenaje
a la Virgen que es para todos los hombres un signo de esperanza en la desesperanza
del mundo. De ello nos habla Mons. Francisco Ramírez rector del Pontificio Colegio
mexicano de Roma.
Durante las
Vísperas marianas, con sacerdotes religiosos diáconos y seminaristas en el santuario
de Mariazell, el Papa dijo que quien quiera seguir a Cristo "sabe que el camino está
lleno de fracasos, sufrimientos, incomprensiones e incluso desprecio y persecución",
pero que vale la pena ante la "profunda consolación" que es el encuentro con Dios.
El Pontífice dijo también que el clero debe dar testimonio del amor de Dios y recordó
a los religiosos que la pobreza, la castidad y la obediencia "son determinantes para
quienes quieren llevar una vida marcada por Cristo".