2007-09-06 16:14:26

Benedicto XVI resalta el papel de las cárceles como lugares de rehabilitación para los reclusos, que les faciliten el paso de la desesperación a la esperanza


Jueves, 6 sep (RV).- Las cárceles deben ser lugares de rehabilitación para los reclusos, “facilitando su paso de la desesperación a la esperanza”. Y si fracasan en este punto fracasan en uno los “fines esenciales”. Una fuerte invitación a plantearse el problema de dar un sentido a la vida de quien esta en la prisión, junto a la insistencia del no absoluto a la tortura, que no puede ser aplicada en ninguna circunstancia, este es en síntesis el discurso que Benedicto XVI ha dirigido a los participantes en el encuentro internacional de capellanes de prisiones, recibidos esta mañana en Castel Gandolfo en la Sala de los Suizos del Palacio Apostólico.

Después de recordar que el papel de los Capellanes de prisiones es una “misión vital”, el Papa ha observado que los reclusos pueden a menudo sufrir los sentimientos de aislamiento, vergüenza y rechazo que amenazan con desmontar sus esperanzas y aspiraciones futuras. Cooperando con las autoridades civiles el capellán debe, por lo tanto, ayudar a los detenidos a redescubrir un sentido de proyecto, de manera que, con la gracia de Dios puedan reformar sus vidas, reconciliarse con las familias y amigos y en cuanto sea posible también asumir responsabilidades y deberes que después les hagan vivir honestamente en la sociedad. Y en este sentido, el Papa ha terminado diciendo que las instituciones sociales y penales juegan un papel fundamental en la protección de los ciudadanos, y en la salvaguarda del bien común, pero al mismo tiempo deben contribuir a la rehabilitación de las personas que se han equivocado.







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