En una carta a las diócesis de Austria el Papa anticipa algunos de los temas que abordará
durante su viaje apostólico
Sábado, 1 sep (RV).- “Amo los paisajes maravillosos de vuestra Patria” –que me recuerdan
los paseos dominicales de la infancia– y amo “la gran cultura austriaca y la amabilidad
de las personas de vuestro país”. De esta forma comienza la carta que Benedicto XVI
ha enviado a los diarios diocesanos austriacos, ante su inminente Viaje Apostólico
a Viena y al Santuario de Mariazell, que tendrá lugar del 7 al 9 de este mes de septiembre.
“Cuando
esté en Austria –escribe el Papa– encontraré la gran cultura que allí se ha enriquecido
a lo largo de los siglos. Pero sobre todo, encontraré el presente: los conflictos
y las preguntas de un tiempo que cada vez es más veloz; la fatiga de la fe y de ser
cristiano en la convivencia entre las diversas culturas y tradiciones”.
Benedicto
XVI se detiene después en el “corazón” mariano de Austria, representado por el santuario
de Mariazell, que celebra 850 años de vida, y revela que: “en mi capilla privada de
Roma hay una copia de la Virgen de Mariazell, que el Papa Juan Pablo II había traído
a casa del Santuario (...) Cuando recito el breviario o me detengo a rezar en la capilla,
me mira el rostro benevolente de la Madre de Dios de Mariazell y también percibo el
sentimiento de confiado abandono que la querida figura de san José Transmite al Niño
Jesús”.